Desde luego, para Jon Rahm no ha sido el debut soñado en un lugar que siempre le ha traido muy buenos recuerdos. Aquí, en el Colonial Country Club, ha conseguido grandes éxitos en el pasado, incluido el Ben Hogan Award (premio al mejor jugador de la universidad) en dos ocasiones.
Sin embargo, esta vez no encontró inspiración y se fue muy largo, 75 golpes, a pesar de comenzar de maravilla: hoyo 1, putt para eagle que se quedaba en birdie. Eso hacía presagiar buenas cosas para él, pero en seguida llegó el mazazo; bogey en el 2 y doble bogey en el 3. Mirada al infinito sin encontrar solución, ¿cuál era el problema?
Lo siguió intentando hoyo a hoyo pero sin premio, no lograba rascar nada y en la segunda mitad, llegaba un pequeño atisbo de luz con el birdie del 11 que en seguida volvía el cielo negro tormenta: triple bogey en el 14 con corbata incluida y bogey en el 1. La pesadilla había llegado y solo queda remontar.
Contrariamente a su día de nubarrones, sonreía hoyo tras hoyo el norteamericano Tony Finau. En solitario en lo más alto, amenazó con birdies en el 3 y 4 que se veían frenados con un bogey en el 5, pero en seguida cogía fuerzas otra vez con dos birdies más (7 y 8) y terminaba de dar la puntilla con tres seguidos (11, 12 y 13) cerrando con sobresaliente.
Tras el yankee se sitúan en la segunda plaza un desconocido Roger Sloan y la gran amenaza, Jordan Spieth, todos ellos con solo un golpe más. En el caso de Spieth, su comienzo en la primera parte del campo fue muy bueno, con birdies en el 1, 2 y 4 y el final de la segunda también, terminando con birdies en el 13, 15, 16 y 17 que solo se vieron perjudicados con doble bogey en el 18.
Conforme avanzaba la jornada, los resultados fueron empeorando, algo que se notó en las vueltas de Ryan Palmer (69), Paul Casey y Matthew Fitzpatrick (69), Cameron Champ (70), Graeme McDowell, Joaquin Niemann y Francesco Molinari (71), Bryson DeChambeau (72), Ian Poulter (73) o Justin Rose (74).
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Fotos: PGA Tour
