Si Bethpage ha sido un monstruo que se ha tragado más de una, de dos y de tres tarjetas, Brooks Koepka lo ha sido más y ha rugido con igual o mayor fuerza que el campo.
El Black Course no es un camino de baldosas amarillas pero para el pegador yankee (que ya cuenta en su haber con tres Majors, dos US Open y este PGA Championship), parecía que las calles se ensanchaban aún más y que los greenes eran una pista de baile: hizo una exhibición tremenda.
Ronda de 63 para él, pegando desde todos los ángulos y siempre acertando (siete birdies sin error), ofreciendo su mejor versión, esa que hacía tiempo no se veía y que llegó a ponerle al borde del número 1 y que esta campaña ya le puso en segundo lugar en Augusta. Y eso que no lo ha basado en el driver como suele, sino en el palo justamente opuesto, el putter, con una demostración en los greenes como pocas se han visto, colando las bolas desde todas las distancias (tres metros, cuatro, cinco, hasta 10 y 12 en los hoyos 9 y 10).
Quien más se le ha podido acercar ha sido un colosal Dany Lee (64), a quien desde luego no se esperaba, mientras que en tercera posición ha finalizado Tommy Fleetwood (65), siempre regular, siempre fiable. Es de los que más torneos juegan y de los que mantienen la línea. El británico ha sumado seis birdies y tres bogeys.
Más abajo van apareciendo los cabezas de cartel como Pat Perez (68), Rickie Fowler (69), Dustin Johnson, Jordan Spieth, jason Day y Phil Mickelson (69), el grupo potente. Con 70 golpes, además de Jon Rahm están Graeme McDowell, Hideki Matsuyama, Paul Casey o Tony Finau.
Quien no ha arrancado como esperaba el público ni seguramente como él querría ha sido Tiger Woods. El norteamericano llegaba a la Casa Club con una vuelta de 72 bajo el brazo (los mismos que Francesco Molinari), y viendo cómo su compañero de partido, Koepka, volaba. Woods conseguía un buen eagle en el 4 que iba a convertirse en nada al seguir con tres bogeys, dos dobles bogeys y tres birdies).
En cuanto a los españoles hay que decir que, salvo la excepción de Jon Rahm, quien si cumplió y pudo sobreponerse al desafío de este Bethpage Black, que desde luego ha estado a la altura y no ha concedido lo más mínimo.
El vasco terminaba con 70 golpes, el PAR del campo, en una montaña rusa en los hoyos, puesto que anotaba en su tarjeta cuatro birdies y otros tantos bogeys. Eso sí, sabe que ha salvado el primer día con buena nota y que desde luego vendrán más oportunidades. El caso es que la primera toma de contacto está hecha y aunque no ha brillado en exceso ha logrado salir airoso. Lo bueno para él es que el campo permite los tiros largos y potentes y ahí es un especialista (como el líder).
Quienes no han tenido tanta suerte han sido Adrián Otaegui (+3 con un doble bogey en el 1 para comenzar, tres birdies y cuatro bogeys), Sergio García (+4), Rafa Cabrera Bello (+5) y Jorge Campillo (+7). El de Borriol ha tenido su principal adversidad con el driver; desde el tee no le ha pegado como suele, dejándose malos segundos golpes, pero en los greenes tampoco ha encontrado esa eficacia habitual en su juego, fallando algunos putts ciertamente asequibles (metro, metro y medio). Con cierta mejoría lo tendrá bastante fácil para meterse en el corte que, no duden, se irá largo.
Rafa Cabrera Bello, por su parte, solo cosechaba un birdie por los cuatro bogeys y el doble bogey del 10 y sus errores han venido con los hierros, donde no ha estado muy fino, mientras que Campillo ha sido el más perjudicado. Desde luego opciones de pasar el corte tiene, pero las va a tener que pelear. Todo pasará por olvidar el triple bogey del 2 y lograr un mejor inicio de vuelta (sumaba tres bogeys al triple bogey en los primeros nueve hoyos). Calidad tiene y estamos seguros lo va a intentar.
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Fotos: PGA Tour
