No contaba Justin Harding para nada en las quinielas teniendo en cuenta que estaba colocado en el décimo lugar y que por delante tenía varios nombres de más calado y bagaje, pero Qatar suele dar siempre una vuelta de tuerca más y por ello conviene no relajarse. Así, como nadie le tenía en cuenta, se dedicó a ir subiendo despacito, sin hacer ruido, como si no fuera con él, para terminar derribando por méritos propios la puerta del título y alzando la fabulosa perla dorada.
El sudafricano se dejaba lo mejor de su repertorio para la jornada final, en la que firmaba un 66 compuesto por tres birdies de inicio (1, 3 y 4), dos bogeys que le frenaban en seco en los hoyos 6 y 7, pero una segunda mitad de vuelta en la que encendió la mecha y ya no la apagó hasta el 18, logrando cinco birdies más (10, 12, 15, 17 y 18), poniendo el colofón a una remontada de nueve posiciones y ganando por dos de diferencia.
Triunfo merecido para él, que se lo arrebató a todos cuantos tenía por delante, incluidos dos de los nuestros Jorge Campillo (68) y Nacho Elvira (70), empatados a -11 en el grupo perseguidor, donde quedaron otros tres sudafricanos (George Coetze, Erik Van Rooyen y Christiaan Bezuidenhout), el surcoreano Jinho Choi, el sueco Anton Karlsson, el británico Oliver Wilson, líder al inicio de la jornada y el francés Mike Lorenzo-Vera.
Llegaban los españoles con ganas de mostrarse y, por qué no, de levantar el título y aunque lo intentaron, se quedaron a las puertas. Campillo irrumpió con ganas con tres birdies en los cinco primeros pero después su producción se paró ligeramente a pesar de anotarse otros dos en el 16 y el 18, mientras que Elvira, quien hubiese conseguido su primer título en el ET, cometió demasiados pares y no llegaron todos los birdies que se fabricó, si bien logró otros excelsos como el larguísimo putt de unos nueve metros en el 12 para empatar en el liderato.
Un botín que, aunque no es de oro, sí de plata de la buena y con el regusto de haberlo dado todo es con el que ambos se pueden marchar de Qatar.
Algo más abajo, Adri Arnaus, también con 70, se dejaba buena parte del camino andado, cediendo cuatro posiciones para terminar en el top 14 empatado. Pablo Larrazábal fue el mejor de los nuestros en esta ronda final merced a los 66 golpes conseguidos (siete birdies y un único bogey en el 17), lo que le valió para ascender hasta el puesto 37, al tiempo que Adrián Otaegui concluía con 72, algo peor, con -4 en el puesto 38 empatado. Por último, Alejandro Cañizares lograba otra vuelta por debajo del par (70) y se metía en el T55 junto a jugadores como Ross Fisher, Paul Waring o Bernd Wiesberger.
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Fotos: European Tour
