El campo norte de Torrey Pines ha sido un verdadero mar en calma para Jon Rahm, un Edén en el que se ha encontrado muy plácido, caminando o más bien volando sobre sus hoyos. Un huracán que ha pasado por encima de todo y de todos con 62 golpes, una de sus mejores vueltas como profesional, en el campo que le vio consagrarse por primera vez en el PGA Tour.
Para empezar, qué mejor que dar prontito el golpe sobre la mesa. Eagle en el 10 para continuar con dos birdies (14 y 15), otro eagle en el 17 y un birdie en el 18, un parcial fantástico que le daba calma para la segunda mitad y le hacía ponerse con los dientes muy afilados.
En los segundos nueve, su único error llegaba en el 3, donde se marcaba un bogey que quedaba en mera anécdota con birdies sin descanso en el 5, 6, 7 y 8. ¿Alguien da más? Ya se ha metido entre los candidatos al torneo, de méritos anda sobrado, sobre todo cuando el driver y el putter le funcionan con esta efectividad.
Por detrás suyo, en segundo lugar, llega Justin Rose, otro que se mostró muy acertado y que no le va a dar la más mínima tregua. Ronda de 63 golpes para él, empatado con Doug Ghim, los tres por el campo Norte, a priori el más sencillo.
Jordan Spieth aparece tres golpes más abajo (65) con nueve birdies y dos bogeys; Joaquin Niemann está con 66, los mismos que Hideki Matsuyama, Jason Day terminaba con 67 impactos, mientras que bastante más abajo está Tony Finau, quien concluía con 69 pero dados los resultados tan bajos, está en el puesto 41, si bien su ronda no ha sido nada mala.
Tiger Woods, uno de los focos de atención, se iba a los 70 golpes (cinco birdies y tres bogeys). Peor le fue a Rory McIlroy, poco acertado en el inicio, con una vuelta de 71 impactos que le obligará a remontar bastante en la ronda de hoy si no quiere quedarse por el camino. Peor aun le fueron las cosas a Rickie Fowler, con 73, otro que deberá hacer méritos, muchos, de cara a continuar y poder acceder al fin de semana.
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Fotos: PGA Tour