El propio David Lipsky se creció y luego se enterró. De fabricarse una vuelta extraordinaria en los primeros nueve a entrar en barrena en la segunda mitad y casi perder el título. Ese puede ser un resumen de lo que el norteamericano Lipsky ha vivido para hacerse con su segundo título en el European Tour, en esta ocasión en suelo sudafricano.
Lisky empezó demoledor, pasando por la izquierda al líder, Scott Jamieson, a fuerza de tirazos y de birdies (cinco en los diez primeros), pero después se diluyó cual azucarillo en agua con bogey y doble bogey y únicamente los birdies del 14 y 18 (68 golpes al final) le permitieron mantener a flote la cabeza para respirar.
Su gran inicio le permitió no solo superar al citado Jamieson, sino también abrir brecha con David Drysdale (quien más le incomodó y quien terminó finalmente segundo a dos golpes tras un buen 67 y con los locales, los que se antojaban más peligrosos pero que tampoco estuvieron acertados en la jornada final a excepción de Zander Lombard, el único que mantuvo el honor patrio con 69 golpes y un tercer puesto empatado.
Esta victoria le permite, por otro lado, mantener los derechos de juego para las dos próximas temporadas así que la tarea está más que cumplida.
En lo que se refiere a los españoles, felicitar tanto a Pablo Larrazábal como a Adriá Arnaus, ambos en el top 10, con un noveno puesto empatado que sabe a gloria. Más positivo, eso sí, para Arnaus que para Larrazábal, ya que este partía con opciones de pelear por el título pero se difuminó con 73 impactos y cedió cuatro puestos.
Alejandro Cañizares también se despedía con 73 golpes (-2) y David Borda lo hacía con sus peores números, 77 golpes, para un total de +3.
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Fotos: European Tour
