No se puede reprochar lo más mínimo José Luis Ballester en el British Boys. El español ha quedado segundo, una medalla de plata que bien sabe a oro por el excelente torneo realizado y el gran golf que ha desplegado en Irlanda del Norte.
Autor de una actuación crecientemente brillante tanto en la fase clasificatoria como en las sucesivas eliminatorias en pos del título, el joven golfista español dejó muchas buenas muestras de su calidad, tanto por su juego como por su evidente garra y capacidad de reacción, que se puso especialmente de manifiesto durante los cuartos de final y la semifinal, donde protagonizó remontadas espectaculares justo cuando el panorama era más sombrío.
Ballester ha estado a punto de engrandecer un palmarés que, a pesar de su juventud, es sumamente brillante, con triunfos en los Campeonatos de España Benjamín 2013, Alevín 2015 e Infantil 2016 y 2017, al margen de contribuir a la victoria de su club, Costa de Azahar, en los Interclubes 2014, 2016 y 2017 y al de la Comunidad Valenciana en el Interautonómico Infantil 2017.
La final ante el inglés Conor Gough se convirtió desde el principio en un ejercicio de competencia extrema, con una tensión palpable en todos y cada uno de los golpes ejecutados por ambos contendientes. Conseguir el par en cada hoyo supuso una obligación so pena de perderlo ante una efectividad fuera de toda duda.
Las ventajas, estrechísimas a favor de uno u otro, se forjaban a base de birdies o tras aprovechar los ligeros desfallecimientos, en forma de bogeys, del rival en un duelo de continuas idas y vueltas. Para muestra, la parte inicial de un enfrentamiento programado al mejor de 36 hoyos, donde José Luis Ballester tomó la iniciativa en el hoyo 2 mediante un birdie antes de perderla al cometer doble bogey en el siguiente, una igualdad mantenida en la práctica hasta el hoyo 12, donde, con uno arriba a favor del golfista castellonense, se produjo uno de los puntos de inflexión del enfrentamiento.
En ese momento el inglés Gough encadenó cuatro puntos favorables en cinco hoyos que le llevaron a adquirir una renta de 3 hoyos reducida en el último de la primera vuelta a sólo 2.
Lejos de amedrentarse, José Luis Ballester volvió a sacar a relucir su indómito carácter ganador, limando la desventaja en los tres primeros hoyos de la segunda vuelta, devolviendo la igualdad a un enfrentamiento que, tras varias alternativas sin efecto práctico en el marcador, alcanzó en el hoyo 12 su segundo y definitivo punto de inflexión.
Conor Gough, un golfista asimismo de enorme calidad, registró un eagle en su tarjeta que invalidó un birdie de José Luis Ballester, una acción brillante que se reprodujo luego en el hoyo 14 mediante otro birdie del inglés, un fortísimo ataque, en la recta final del duelo, que ya no encontró respuesta por parte del jugador español.