El golfista vasco, un torrente de vehemente entusiasmo, arrasó las emociones de sus multitudinarios seguidores mediante ese eagle tempranero que, sin embargo, no encontró la debida continuidad para dar alcance a quienes, antes que él, habían inscrito una actuación monumental en el Centro Nacional de Golf.
Jon Rahm, excelente con el driver y los hierros, más dubitativo con el putt, se debatió pronto entre la duda de imponer la calma a su juego o dejarse llevar por ese carácter indómito que tan lejos y tan rápido le ha llevado hasta la cima del Ranking Mundial. La disyuntiva la fue marcando el producto de su propio juego, sólido pero sin la eficacia precisa para arañar los golpes que otros, anteriormente, le habían arrebatado con cierta facilidad al campo, precisamente por su acierto con el putt.
El esforzado trabajo de Jon Rahm encontró sin embargo provecho en los hoyos 5 y 11, donde el golfista vasco rubricó dos ilusionantes birdies antes de que ese ímprobo trabajo se desbaratase por un golpe defectuoso en el hoyo 12 que envió la bola directamente al agua, preludio de un lacerante doble bogey.
Bravío como él solo, Jon Rahm se rehízo de la quita mediante un birdie en el siguiente hoyo que redobló ilusiones momentáneamente perdidas. A partir de ahí, grandes golpes que no encontraban el provecho perseguido, hasta que llegó el abarrotado hoyo 18, un volcán en erupción cuando su segundo golpe a punto estuvo de entrar en el agujero.
Apaciguadas las sensaciones, un merecido birdie puso el lazo a una vuelta repleta de duro trabajo, ese que ha situado a Jon Rahm en la parte alta de la tabla, a rebufo de quienes habían escrito la historia de la jornada en las primeras horas de la mañana, Paul Dunne, Nacho Elvira, Pablo Larrazábal… grandes acciones hasta que llegó Jon Rahm para desbordar pasiones. »Tanta gente en un hoyo, sólo en un Major», palabras de Rahm.
La parte negativa la puso Rafa Cabrera Bello. El canario se quedó a un solo golpe de poder pasar el corte. A punto estuvo del birdie en el 18 que le hubiese dado, además de los aplausos del público recibidos, dos días más de poder disfrutar con él en Madrid. Se fue frustrado, con mala cara y es que se le notaba que disfrutaba y que lo sentía por la gente. Al final terminó con 68 y -3.
Junto a él, la Armada pierde a Adriá Arnaus, Scott Fernández y Javi Colomo (70 y -3), Álvaro Quirós (71 y -3), Santiago Tarrío (70 y -2), Gonzalo Fernández Castaño (70 y -1), Eduardo de la Riva y Angel Hidalgo (71 y -1), Javier Sainz (69 y -1), Alejandro del Rey (70 y +1), Alfredo García Heredia (76) y Carlos Pigem (77), ambos con +4 y José Luis González (74 y +13).