El Falserbo Golf Club intenta protegerse del viento con su diseño, pero no siempre lo consigue. De hecho, cada vez que la bola vuela un poco más alta de lo normal, queda a merced de los soplidos de la madre naturaleza.
Ubicado cerca de Malmoe y pegado a una reserva natural, este club está diseñado por Gunnar Bauer y este hoyo 11 se trata de un par 3 de 145 metros salpicado por unos cuantos ‘flommen’, el nombre que allí se les da a las trampas de agua que atraen a los fallos con demasiada asiduidad.
En sus alrededores se unen las aguas del Báltico y las del Estrecho, de ahí que esa conjunción provoque tanto movimiento de aires en direcciones muchas veces opuestas. Aunque la idea es hacer birdie en su green, hay muchas veces que lo más normal, debido a estos vientos, es hacer bogey o doble bogey, ya que el aire obliga a jugar de más.
Una vez en el green, aunque pueda parecer que ya está todo logrado, no hay que confiarse, puesto que está bien protegido por bunkers tanto en la parte de atrás como por delante, lo que puede hacer que nuestra bola encuentre nuevas dificultades de no apuntar bien.
