Y es que si hace apenas siete días, en el Sentry Tournament of Champions, el vasco se colgaba la medalla de plata siendo solo superado por el número 1 del mundo, Dustin Johnson, su comienzo en California ha sido de traca, con 62 golpes, sí 62 (eagle y ocho birdies). Sin fallos, con un golf que podría calificarse de perfecto y con un semblante que reflejaba tranquilidad, pudo haber incluso conseguido registros más bajos de no haberse ‘relajado’.
Acumulado de -10 que pone en jaque a los grandes favoritos al título y que servía para mandar un aviso a todos: ‘estoy muy fuerte, he aprovechado el descanso y he venido a por todas’. Cierto es que, las buenas condiciones permitieron a muchos jugadores realizar registros bajos y al final solo consiguió un golpe de ventaja respecto a sus perseguidores más cercanos, Austin Cook, Jason Kokrak y Andrew Landry.
Eso sí, todo promete volverse menos asequible ya que el recorrido de La Quinta no es precisamente algo fácil de jugar, como tampoco lo son los otros dos (Stadium Course y Nicklaus Tournament Course) y por ello lo conseguido por Rahm tiene valor doble.
Su vuelta más baja como profesional llega en un momento dulce, en clara línea ascendente y demostrando que tiene golf para rato; todo lo contrario le ocurría a su compañero de partida, un Bubba Watson que lleva tiempo sin carburar (70 golpes) y que se dejaba bastantes opciones de birdie por el camino. Igual registro obtenía otro grande del circuito, Phil Mickelson. Más abajo, terminaban otros candidatos como Kevin Chappell y Brendan Steele (-1), Brandt Snedeker (PAR) o Patrick Reed (+2).
Rahm tiene a tiro, además de la victoria, el número 2 del mundo, sin duda otro aliciente para seguir afilando y mejorando las estadísticas. ¿Volverá a volar en California?
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Fotos: PGA Tour