Nuevo golpe sobre la mesa del vigente número uno. Dustin Johnson fue de menos a más en el torneo y consiguió irse de Hawái con el título bajo el brazo y una demostración de autoridad máxima en la última ronda.
Tarjeta de 65 golpes para él (eagle, siete birdies y un único bogey), para no dejarse rebasar por nadie, ni siquiera por el único que parecía dispuesto a pelearle el puesto y que, a la postre, fue segundo, Jon Rahm.
El norteamericano salió al campo con convencimiento y sus golpes fueron un recital de efectividad, algo a lo que nadie conseguía llegar y que al final le dio una renta de ocho golpes respecto al español y -24 en el acumulado.
Podría decirse que Rahm fue el primero de los humanos, puesto que Johnson estuvo a un nivel inalcanzable y solo se le podía aplaudir. El de Barrika terminó con 69 impactos y llegando a la segunda posición, arrebatándole el subcampeonato al zurdo Brian Harman, quien no pudo aguantar las revoluciones y se fue a los 72 golpes.
El español, no obstante, tuvo oportunidad de ponerse aun más cerca si llega a conseguir, en los hoyos 9 y 10 los dos birdies que rozó pero que se fueron por centímetros; de haberlos anotado a su tarjeta, aun tenía mucho por jugar y la diferencia con el líder se habría reducido a solo tres golpes.
Tampoco se puede quejar de cómo le fue al final el torneo al japonés Hideki Matsuyama. Brilló por fin el nipón sacando su mejor repertorio en los 66 golpes que necesitó y que le permitieron ascender ocho puestos, hasta el cuarto lugar, empatado con Pat Perez y otro que no pudo terminar de inquietar, Rickie Fowler (70).
Más abajo, Jordan Spieth terminó con su segunda mejor vuelta (69) en el noveno lugar en solitario y, por último, Justin Thomas, quien pudo maquillar un poco su mala semana y terminar con 67 golpes, en el puesto 22 y con un acumulado de -4.
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Fotos: PGA Tour