Y es que si el jueves los yankees ya terminaron el día con amplia ventaja en el marcador (3,5 a 1,5), lo del viernes ha sido una demostración en toda regla de fuerza y consistencia, de poderío y de efectividad.
El paseo militar comenzó titubeante para ambos, midiéndose a la espera de la reacción contraria unos, y otros intentando preparar el terreno para abonar una remontada que se antojaba necesaria. Pero no llegó ni lo uno ni lo otro, sino el estallido de juego norteamericano, que ganó los siguientes cuatro partidos y ya ha puesto las diferencias en un contundente 8-2.
La Presidents Cup lleva, por el momento, la bandera de barras y estrellas y pudo haber sido peor, un pleno total de victorias si no llegan Jordan Spieth y Patrick Reed a sufrir una corbata en el último hoyo, que les permitió a Matsuyama y Hadwin sumar un empate in extremis.
Más allá de eso, Phil Mickelson y Kevin Kisner lograron la victoria frente a Marc Leishman y Jason Day (1up), curiosamente en el único partido de la jornada que llegó al hoyo 18, mientras que Charley Hoffman y Kevin Chappell (pareja que debuta en la cita pero que está mostrando un excelente nivel) lograban la victoria por 6&5 ante Anirban Lahiri – Charl Schwartzel y Justin Thomas junto a Rickie Fowler se complementaban a la perfección para imponerse al duo sudafricano compuesto por Branden Grace – Louis Oosthuizen (3&2).
Por último, Brooks Koepka y Dustin Johnson se impusieron con un juego espléndido a Jhonattan Vegas y Adam Scott (3&2), dejando al combinado Internacional al borde del colapso.
De los puntos que aun quedan en juego (un total de 20), a Estados Unidos solo le hacen falta siete, por lo que, salvo hecatombe, tiene el triunfo en sus manos, mientras que el equipo Internacional necesitaría, visto lo visto, un milagro mayor incluso que el de Medinah para levantar el título.
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Fotos: PGA Tour