Justin Thomas llegó, por fin, entre los grandes, entres los que muestran sus cartas en esta FedEx Cup para hacerse con el título. El norteamericano sorprendió viniendo desde atrás, con 63 golpes (ocho birdies) en el húmedo tapete del TPC Boston, y se ha puesto en lo más alto junto a Marc Leishman (65 golpes).
Tras vencer en el PGA Championship, ha vuelto a mostrar su máximo nivel, pegando golpes con el putter que fueron pura efectividad, midiendo las caídas y las líneas de tiro con absoluta firmeza y, sobre todo, sintiéndose muy seguro, sin resquicios de duda.
Tanto Thomas como Leishman mantienen uno de ventaja respecto a Paul Casey, quien cae un puesto, mientras que en el cuarto lugar se colocan Jordan Spieth (ojo con el texano que ha vuelto a carburar con 66 golpes), Grayson Murray (67) y Adam Hadwin (68).
En el séptimo lugar están empatados Jon Rahm y Dustin Johnson. El español lo intentó de todas las maneras posibles, peleando contra el campo y los rivales, sacando a relucir su versión más guerrera, intentando acercarse a los números de todos los que venían con vueltas bajas; al final cedió (71 golpes), pero lo justo, quedando a tres golpes y dejándose opciones abiertas para la última jornada gracias al milagroso birdies del 18, que arregló en parte la segunda parte de su vuelta, en la que traía tres bogeys.
A su lado, el número 1, quien subió enteros en los cinco últimos hoyos con cuatro birdies, una muy buena manera de decir «aquí estoy» y que nadie se olvide de él.
Justo a la espalda de estos dos jugadores viene una importante plana mayor, con Phil Mickelson (69 golpes), Rickie Fowler (66 golpes) Justin Rose (69) y Branden Grace (69). Más abajo recuperó algo de terreno Hideki Matsuyama con 70 golpes, Ian Poulter con 69 y Jason Day también con 70.
Respecto a los otros dos españoles, ambos cayeron posiciones y no fue su mejor jornada. Rafa Cabrera Bello cedió cuatro puestos tras entregar 72 golpes y, aunque tiene algo de margen de cara a meterse en el siguiente torneo, no debe descuidarse, sino conseguir volver a los registros por debajo de 70 y así escalar unas cuantas posiciones en la clasificación, algo que le vendría muy bien de cara al ranking final.
Por su parte, Sergio García tuvo un día aun peor, y aunque pasó el corte, su ronda fue mala (75 golpes). El de Borriol, además, pagó su frustración con el putter y con la mala fortuna, pues lo golpeó contra uno de los aspersores del campo y lo modificó de tal manera (no se llegó a romper), que hizo imposible el seguir jugando con él, de ahí que tuviera que patear desde el hoyo 4 con casi todos los palos de su bolsa, incluido el driver, un hecho insólito que le supuso tener que concentrarse más aun en los greenes.
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Fotos: PGA Tour
