Arrancó el último Major de la temporada, un campeonato que tiene visos de estar pasado por agua pero que, de momento, ha concedido una pequeña tregua. Quail Hollow mantiene las alertas por líquido elemento, que tiene previsto descargar en la jornada de tarde tanto este viernes como sábado y domingo, habrá que estar atentos.
Mientras, aparte de mirar al cielo, miramos también al campo, donde Kevin Kisner y Thorbjorn Olesen han sido los más destacados, ambos con rondas de 67 golpes en un día en que los españoles no han brillado en exceso y tampoco los pesos pesados de la competición. Con -4 han empezado el norteamericano y el danés, seguidos de DA Points, Brooks Koepka, Grayson Murray, Gary Woodland y Chris Stroud, todos ellos a un golpe.
De los favoritos, el más acertado ha sido Rickie Fowler con -2, y algo más atrás, Hideki Matsuyama, Jason Day, Dustin Johnson y Jordan Smith (-1); peor le fueron las cosas a Rory McIlroy (PAR) o a Jordan Spieth, quien se iba al +1. En el lado más negativo nos encontramos con Henrik Stenson (+3), Bubba Watson (+6) o Thomas Pieters (+9).
De los españoles, cal y arena, buenas sensaciones y otras para olvidar. En el lado positivo tenemos a Jon Rahm, autor de 70 golpes (cinco birdies y cuatro bogeys) y no excesivamente lejos de la cabeza, tiempo tiene de sobra para seguir quitándole golpes al campo y mejorar. Con el juego largo ha estado brillante, a la altura de los mejores, y únicamente el putter le impidió en dos o tres ocasiones mejorar sus estadísticas, pero nada de que lamentarse.
Más abajo, con 74 golpes, concluía Rafa Cabrera Bello, peleándose con cada rincón del campo y pudiendo al final sacar la cabeza a flote. Le costó, pero está en la pelea, muy cerca de pasar el corte por poco, de ahí que este viernes tenga que seguir apretando los dientes. Los greenes fueron su piedra en el camino pero si por algo se caracteriza el canario es por aprender de los errores y subsanarlos rápidamente.
Mucho mejor lo tendrán que hacer Sergio García, quien ha comenzado con un acumulado de +4 (tres birdies, tres bogeys y dos dobles bogeys, 16 y 18) y terminando con muy malas sensaciones y un segundo doble bogey doloroso a niveles extremos, que le obligará a ofrecer su mejor juego en esta segunda jornada; y también Pablo Larrazábal, con un total de +6 y seis bogeys, sin un solo birdie, demasiado lastre si se quiere estar arriba y pasar el corte.
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Fotos: PGA Championship