El conjunto español ganó previamente las ediciones de 1997, 2003 y 2014, en aquel entonces, entre otros, con Jon Rahm entre las filas.
En esta ocasión, los españoles, que acabaron séptimos en la fase previa clasificatoria antes de rendir a un elevadísimo nivel tanto en cuartos de final como en semifinales, donde superaron en dos duelos repletos de épica a Noruega y Suecia, ofrecieron de nuevo una sólida imagen en la final ante Inglaterra, culminación de un torneo donde nunca dejaron de existir las palabras combatividad y acierto adheridas al equipo español.
Empate a 1 tras la celebración de los foursomes
Españoles e ingleses dotaron muy pronto de incertidumbre a su espectacular duelo, ya durante la celebración de los foursomes, donde el marcador parcial señaló empate a 1 en base a los méritos generados por cada equipo.
Ángel Hidalgo y Javier Sainz plantaron cara ante los ingleses Harry Ellis y Alfie Plant durante la primera parte del recorrido, controlando la situación hasta las proximidades de su ecuador, punto donde los británicos, crecientemente seguros, pasaron a dominar el duelo con cierta autoridad, 2 arriba en el hoyo 9 que se mantuvo en los siguientes a pesar de las buenas propuestas de los españoles, que sucumbieron en el hoyo 17 (2/1).
La situación adquirió tintes muy tirantes toda vez que Adriá Arnaus y Víctor Pastor gestionaban como podían el evidente empuje de Scott Gregory y Matthew Jordan, que tras una fase de igualdad pasaron a dominar el partido con evidente holgura, 3 hoyos de ventaja en el 9 que permanecían en el 12 pero que se desvanecieron en el 16 gracias a una enérgica reacción española, que llevó el partido a una igualdad que se prolongó más allá del hoyo 18, en concreto hasta el 19, donde Arnaus y Pastor, excelsos tras unos hoyos muy brillantes, acertaron a dar la puntilla a sus rivales.
Taquicárdico desenlace en los partidos individuales
La igualdad existente en los duelos por parejas se reprodujo con fidelidad en los partidos individuales, donde nunca las ventajas, ya fueran de uno u otro bando, se antojaban definitivas. Las estrecheces se palparon incluso en choques dominados desde el principio, como el Alejandro del Rey ante el inglés Harry Ellis, una serie de réplicas y contrarréplicas bien administradas por el golfista español antes de ganar por 2/1.
El mismo resultado, 2/1, reflejó el marcador final del duelo entre Víctor Pastor y Alfie Plant, en este caso dominado con cierta claridad por el jugador cordobés, muy en racha desde que acabara cuarto en el Campeonato de Europa Individual, un buen puntal para el equipo español durante todo el torneo.
Asimismo desequilibrado desde mitad de recorrido, pero en este caso del lado inglés, resultó el enfrentamiento entre Gianmarco Petrozzi y Javier Sainz, controlado especialmente por el británico a partir del hoyo 12 en lo que se convirtió en un camino sin retorno para el español, que cedió por 3/2.
Asimismo en la balanza inglesa cayó el punto reservado para el duelo entre Scott Gregory y Manuel Elvira, igualdad de principio a fin donde ninguno de los dos se permitió el más mínimo respiro antes de que el español, en el último hoyo, cediese por la mínima.
El marcador provisional, empate a 3, confirió de máxima y vital importancia el desenlace del enfrentamiento entre Adriá Arnaus y Matthew Jordan. El vigente campeón de España Absoluto, con el mismo aplomo y solidez que le ha llevado a gestar grandes resultados en la presente temporada, se defendió como gato panza arriba de los constantes atasques del golfista inglés, en cualquier caso ligeramente a rebufo en una recta final que Adriá Arnaus, todo serenidad, acertó a gestionar a la perfección para, en el último hoyo, sumar un último punto que vale un título, el cuarto en la historia del golf español en este Campeonato de Europa Absoluto Masculino.
Foto y fuente: RFEG