Primero alcanzó a Byeong Hun An en el liderato y después aguantó las acometidas de Webb Simpson para, en el cuarto hoyo de desempate con el norteamericano, conseguir por fin el birdie ganador.
Segundo año consecutivo que sonríe en la foto final de un torneo que ya tendrá su nombre para siempre. Excepcional vuelta de 66 golpes, dejándose lo mejor para el último día, con un eagle y tres birdies y, sobre todo, con la sensación de haber jugado a medio gas los días previos para ir barruntando su ataque final, ese con el que dejaba a muchos boquiabiertos y con el que conseguía el repoker de torneos en las últimas ocho citas, números para soñar.
An partía como líder, pero los bogeys, especialmente los dos últimos (cinco en total por solo tres birdies), condenaron su vuelta, y se veía sobrepasado por la derecha (Matsuyama) y por la izquierda (Simpson) y únicamente podía mirar cómo se marchaban hasta el -17 final y el desempate.
Ya en la muerte súbita, los dos empezaron tanteándose en los dos primeros hoyos, con más miedo a perder que con intención de ganar y en el tercero, Simpson pasó al ataque, pero su putt de victoria se quedó a milímetros del hoyo, parado, sin dejarse caer, ofreciendo la venganza perfecta para el nipón, quien en el siguiente, el quinto, ya no falló.
Quinto puesto para él en el ranking mundial y nueva demostración de que es uno de los que más en forma están y de los que pueden lograr el cetro mundial.
En cuanto al resto de grandes nombres, más allá de la exhibición de Webb Simpson con la mejor tarjeta del día, Rickie Fowler concluyó en el cuarto puesto con un buen final (65), mientras que Jordan Spieth lo hizo en el noveno, remontando igualmente posiciones, con una vuelta de 67.
Hablamos también de nuestro jugador, Jon Rahm, quien concluyó en la posición 16ª, a siete golpes de la cabeza, con 70 golpes en su tarjeta en la que de nuevo estuvo mejor con el juego largo y el putter no le acompañó todo lo que hubiese deseado.
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Fotos: PGA Tour