El parón tras terminar el Open de Sudáfrica en muy malas condiciones y con innumerables dolores se le va a hacer un poquito largo a Rory McIlroy y a sus seguidores, puesto que no podrán volver a verse en un campo hasta primeros de marzo.
El norirlandés ha confirmado que sus dolencias harán que su convalecencia sea más larga de lo inicialmente previsto, ya que tanto él como su equipo hubiesen querido estar ya en el pasado Abu Dhabi HSBC Championship, pero tuvo que renunciar, lo mismo que le ha ocurrido ahora con el Omega Dubai Dessert Classic y que le pasará tanto en el Honda Classic como en el Genesis Open de Riviera.
Duro mazazo para un jugador habituado a disputar muchos torneos durante el año y que se había estado preparando a conciencia durante la pretemporada y quizá de ahí sea de donde vengan sus dolencias: «Creo que el origen se remonta a las Navidades. Se debe al trabajo de pretemporada. He pegado muchas bolas buscando los palos mejores y mi cuerpo ha dicho basta».
«No puedo ni correr un minuto porque cada vez que mi pie golpea el suelo me produce un dolor muy fuerte en las costillas. Ando unas cinco o seis millas por día y el lunes pateé por primera vez. Esto es lo primero que he hecho de golf desde la última ronda en Sudáfrica», comentaba McIlroy en una entrevista a los compañeros de The Clubhouse Podcast.
Así las cosas, se espera que a su vuelta esté totalmente recuperado y que la cita de Mexico le sirva como preparación acelerada para su gran objetivo este año, el Masters de Augusta, único grande que aun no ha ocupado su espacio entre el resto de títulos que posee.