A sus 23 años Thomas Detry ya empieza a colocar su nombre entre el de aquellos que van para estrellas del golf en el European Tour. Su nombre empieza a resonar con fuerza en muchas quinielas y en la práctica totalidad de los torneos.
El 2016 vivió una ascensión de su posición en la clasificación y una mejora evidente de su juego que este año deberá refrendar.
Tras volverse profesional, ganó incluso una prueba del Challenge Tour, que le sirvió, y mucho, para conseguir el pase a la primera división europea, y todo eso, en apenas seis meses.
Detry consiguió varios campeonatos nacionales de Bélgica y compitió con buenos números en la Ryder Cup junior, lo que le sirvió para colocarse en el puesto 8 de la clasificación mundial amateur; tras pasarse al profesionalismo, consiguió quedar en el segundo puesto en el KPMG Trophy, el torneo de su país, al que añadió el primer puesto (con record histórico incluido al terminar con 29 bajo par y ganar con un margen de 12 impactos, siendo la mayor diferencia en la historia de Challenge Tour) en el Bridgestone Challenge, un noveno en el Kazakhstan Open y un sexto lugar en el Foshan Open.
Por si fuera poco, en un torneo de la exigencia del Alfred Dunhill, el pasado día 4 de diciembre, concluyó en tercer lugar con un total de -13, por lo que mimbres ha demostrado más que de sobra para poder optar a grandes domingos de peleas por títulos.
«Intento jugar sin expectativas, y diría que si sabes que estás jugando bien, no cambies nada, sigue jugando tu propio juego y todo saldrá bien», palabras del último bastión de la prolífica cantera belga. Apunten su nombre, Thomas Detry, porque marcha con paso seguro y con ansias de victoria.