No todos los profesionales pueden decir que llevan la friolera de 45 hoyos sin bogeys y eso es algo de lo que puede presumir Rickie Fowler, y precisamente es en lo que está basando su gran regularidad y su liderato al frente del The Barclays, algo que de momento le permite tener en la mano un puesto para la Ryder, palabras mayores.
De calidad no anda exento, pero quizás sí de suerte o de esa regularidad que hemos mencionado, pero lo cierto es que en esta cita está consiguiendo ambas cosas y por ello, sonríe, y lo hace sabiendo que está ante una oportunidad enorme a pesar de lo complicado que será el último día, con todas las miradas puestas sobre él.
Es cierto que necesita quedar entre los tres primeros para optar a un puesto en la máxima competición por equipos pero, lo lejos que se encuentran sus rivales directos (Scott Piercy va en el puesto 34º, J.B. Holmes y Bubba Watson van en el puesto 47º, Zach Johnson en el 67º y Matt Kuchar en el 77º) con lo que eso ha de aportarle cierta tranquilidad.
Quien más le puede poner en peligro es Patrick Reed, líder hasta esta última jornada y que va segundo a un golpe, defendiendo además su octava posición para la Ryder, con lo que el duelo será doble ya que ambos, además, jugarán el último partido juntos.
Habrá que tener en cuenta a un acertadísimo Adam Scott, quien se anotaba 65 el sábado y ascendía hasta la tercera plaza, a dos golpes del liderato, mientras que se descolgaba un puesto Jason Day (70), hasta el sexto, y por contra, subía también Dustin Johnson hasta el décimo con una ronda de 67.
Mientras, Jordan Spieth caía con 72 hasta el puesto 16 y Rory McIlroy hacía lo propio con 71, hasta la posición 22.
