Rafael Cabrera-Bello y Sergio García protagonizaron vueltas complicadas en esta tercera jornada de juego en Río. El insular, una vez más, se repuso de un inicio gris, mientras que el castellonense se impulsó con una fantástica remontada que se quebró en los hoyos 13 y 14.
La vuelta de Rafael Cabrera-Bello fue una montaña rusa de la que salió perjudicado. Esta vez no se pudo aferrar a los tres birdies consecutivos que habían endulzado sus dos rondas anteriores. Un doble bogey en el hoyo 4 le puso a remar, tal y como ocurriese el viernes, si bien entonces fue un triple bogey en el hoyo 3 lo que nubló su inicio.
Desde ese momento, el canario compaginó birdies y bogeys para acabar al par, un resultado insuficiente para sumarse al trío de cabeza pero válido para creer en la remontada este domingo.
El hecho de compartir partido con Justin Rose, un jugador al que le salió todo hoy –incluidos dos eagles que le han llevado al liderato–, tampoco ayudó a un Rafael Cabrera-Bello que volvió a tener garra y serenidad suficiente para contener la hemorragia en los momentos delicados.
Vuelta agridulce de Sergio García
La vuelta de Sergio García fue ilusionante, pero acabo con sabor agridulce. El castellonense, cumpliendo lo que había prometido en la previa, se lanzó en busca de un 65 que le dejase con claras opciones de medalla en la fecha definitiva. Nunca se arrugó.
Sus birdies al 3, 5, 9 y 10, sin error hasta ese punto, fueron consecuencia de su gran juego de tee a green y de un manejo óptimo del putt. Incluso se permitió el lujo de dejarse algún birdie por el camino.
Con -5 al total mediada su vuelta y mirando hacia arriba con descaro, Sergio García tropezó en el 13, doble bogey, y el 14, bogey, una pesada losa que le deja muy lejos de la lucha por las medallas. Lo intentó de todas las formas posibles en los hoyos finales, pero no pudo ser. El levantino saldrá, vigésimo segundo, con -2 en el ‘leaderboard’ este domingo.
Rickie Fowler lidera la reacción norteamericana
Esta tercera jornada ha estado marcada, principalmente, por la reacción de los representantes estadounidenses, de los que se esperaba mucho y que hasta el momento se estaban mostrando algo erráticos.
Ha liderado esta furiosa reacción un Rickie Fowler sencillamente espectacular: 64 golpes se ha apuntado, con siete birdies y un eagle. Su gran golf ha incendiado la jornada y ha servido de inspiración para sus compañeros. Así, Bubba Watson resurgió con un -4 que le deja en la cuarta plaza con -6.
Ahora el norteamericano es uno de los principales aspirantes a desbancar a los tres jugadores que, provisionalmente, están en puestos de medalla. Lidera Justin Rose con -12, con Henrik Stenson en la segunda plaza con -11 y Marcus Fraser en la tercera con -9.