La Madre Naturaleza volvió a hacer de las suyas y quiso ser protagonista en el PGA Championship al poblar primero de nubes el cielo y, acto seguido, hacer que estas descargaran el líquido elemento sobre los hoyos de Baltusrol, obligando a suspender parte de la jornada sabatina.
No todos los participantes pudieron completar su vuelta por lo que a partir de las 7 de la mañana, volverán a salir al campo todos los que quedan por participar en esta tercera ronda (un total de seis partidos) y, a partir de las 8:40, comenzará la cuarta vuelta al campo.
Ya amenazaba lluvia desde el inicio, pero la organización decidió no modificar los horarios de salida algo que, visto lo visto, se ha vuelto en su contra, ya que ahora deberá apretar el reloj y medir los tiempos meticulosamente para que los jugadores puedan no solo terminar lo que les queda, sino también descansar antes de afrontar otros 18 hoyos…para los que también hay visos de tormenta así que…el lunes vuelve a asomarse como posible final de competición.
Entre los que sí termianron, poco se puede destacar más allá de los 65 golpes de Kevin Kisner, quien campó a sus anchas por Baltusrol, al igual que Padraig Harrington, y tendrán a su favor para el final el llegar más descansados.
Con 70 golpes terminó el español Rafa Cabrera-Bello, no excesivamente acertado pero con un resultado no del todo malo teniendo en cuenta las complicadas condiciones meteorológicas.
Habrá que ver cómo concluye esta parte de la ronda y cómo afrontan los grandes favoritos (que aun tienen que terminar su recorrido) la cuarta y definitiva vuelta al campo y si el cansancio no juega un papel destacado en el devenir del torneo. Atentos a los hoyos…y al cielo, porque la lluvia puede volver a aparecer.