Jason Day está de dulce, dos títulos en ocho días y este último a lo grande, superando rival tras rival, en el WGC – Dell Match Play celebrado en el Austin Country Club, en una semana en la que empezaba con dolores en la espalda pero que ha terminado sonriendo y levantando el título.
En la final era el claro favorito, en detrimento de un Louis Oosthuizen al que hay que felicitar por el gran torneo realizado, pero que no supo poner en aprietos al ahora mismo número uno del mundo (tras los últimos puntos sumados) más allá del segundo hoyo, donde Day recuperó la ventaja que le sacaba su rival.
Un birdie en los hoyos 4, 9 y 13, además de un bogey de su oponente en el 7, fueorn la ventaja que necesitaba para terminar con tranquilidad el torneo, no sufriendo en exceso y posando con su familia en la entrega del trofeo en una estampa ya habitual, en las últimas fechas.
Todo ello tras superar a Rory McIlroy en semifinales por 1up, en un intercambio de golpes magistrales y con alternativas para los dos, y que no se decidió hasta el último hoyo, si bien desde el 15 ambos hicieron pares y el norirlandés, aunque intentó apretar en el 18, no pudo superar a Day.
En los últimos 13 torneos, los resultados del australiano han sido para enmarcar (tres top 15, un puesto 23, seis victorias y un único torneo fallido en el corte), números más que excelentes teniendo en cuenta que desde el 2014 lleva ocho victorias en 41 apariciones.
Todo ello le ha servido para superar a Jordan Spieth en lo más alto de la tabla mundial. Grandes números para el australiano, que confirman el buen momento de su juego.