Finalmente un jugador sudafricano se llevó la prueba del Tshwane Open y este fue Charl Schwartzel, quien dejó lo mejor de su repertorio para el último día, rebajando sus golpes y entregando no solo la mejor tarjeta de la jornada, sino también la suya persona, gracias a sus siete birdies, un eagle y dos bogeys.
Octava victoria para él en suelo sudafricano tras comenzar la jornada liderando por la mínima y terminarla con ocho de ventaja. Empezó salvado un buen par en el 1, y en el 2 metió el primer birdie del día desde 4,5 metros, presagio de un gran día de put, su punto débil los tres primeros días.
Así, hoyo a hoyo fue regulando la distancia y ampliándola a su antojo: «Si hubiera pateado la mitad de bien los tres primeros días habría sido el mejor torneo de mi carrera. Después de tanto tiempo pateando mal, te da aún más alegría cuando empiezas a verlas entrar; por fin siento que he jugado verdaderamente bien esta semana, todo empieza a entrar en su sitio. Llevo mucho tiempo trabajando muy duro para esto y empiezo a ver los resultados».
En segunda posición, muy lejos, el danés Jeff Winther, quien puso el listón de la casa club en -8 con una vuelta final de 64, qu ele permitió ascender ocho posiciones y rozar la épica. En tercer lugar quedó el también sudafricano Anthony Michael (70 golpes para un total de 274).
Este último día llegó también la reacción de Sudáfrica, ya que hasta nueve jugadores locales se metieron entre los diez primeros (contando los que empatan posición), una muestra más de que en casa son los auténticos dominadores.
