23 de noviembre de 2024

Raúl Quirós, de la competición a caddie

Raúl Quirós, de la competición a caddie

Desde la Real Federación de Golf de Andalucía nos llega la curiosa historia de Raúl Quirós, quien decidió colgar sus palos para echarse al hombro los de otros jugadores y convertirse en caddie profesional.

La vida de Raúl Quirós cambió por completo hace ya dos años. Los resultados como jugador no terminaban de salir, y por eso un día decidió aparcar su bolsa de palos y empezar a colgarse al hombro la de otros. En aquel momento determinó empezar una nueva vida. Dejó a un lado la competición y su intenso calendario de clases en La Cañada y se marchó para cargar palos por todo el mundo. 

Este gran jugador de Guadiaro destacaba desde pequeño como una de las grandes promesas del golf español y fue líder junto a Sergio García. Triunfaba en los torneos nacionales, pero no llegaba al European Tour. Es por eso que su frustración le obligó a abandonar la competición.

Comenzó sus andaduras como caddie en 2014 con uno de los grandes, el también andaluz Álvaro Quirós, con quien comparte una gran amistad. Ahí comenzó una aventura que aún le dura y en la que se le ve encantado: «No sé la razón, pero no echo de menos mi etapa de jugador. A mí esto me encanta y es la razón por la que estoy aquí, pero cuando estoy en los campos de golf no tengo el gusanillo de volver a jugar», asegura hablando de una etapa que, de momento, ha dejado atrás, aunque nunca se sabe si algún día la podrá retomar.

Desde que comenzó su trabajo como caddie nunca le ha faltado el trabajo. El primer año completo lo pasó con Álvaro Quirós, después agarró la bolsa del profesional chileno Felipe Aguilar, y desde que comenzó este año está con una de las grandes referencias del golf español, Pablo Larrazábal, en el European Tour. 

«Desde luego que se ven las cosas de otra manera. Ahora estoy mucho más tranquilo que cuando era jugador y, sobre todo, me doy cuenta de muchas cosas que me decía mi padre cuando me hacía de caddie y a las que yo no le hacía caso», señala.

Con la honestidad que lleva por bandera, y esa gracia tan suya, el gaditano tiene muy claro qué es lo que más ha aprendido en este tiempo como caddie de los otros jugadores. «Sin duda, la profesionalidad con la que entrenan. No sólo es una cuestión de tiempo y dedicación, que también, sino que lo tienen todo muy bien estudiado y preparado, con orden, y aprovechando cada minuto de entrenamiento. Yo nunca he entrenado de esa manera», afirma entre risas.

Raúl se ha ganado en muy poco tiempo el cariño y el respeto de todos los jugadores. Siempre risueño y con mucha energía positiva que no duda en transmitir cada vez que hace falta. Apenas lleva dos torneos trabajando con Larrazábal, pero se respira la química que hay entre los dos. Se lo pasan bien en el campo y esperan tener una temporada cargada de éxitos.

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