Un declaración tan grande como su victoria por ocho golpes en el Hyundai Tournament of Champions. Tras un año mágico con dos victorias en los grandes – Masters de Augusta y U.S Open – todas la miradas están puestas en este tejano de 22 años.
Spieth barrió a todos sus oponetes en este torneo donde solamente tiene cabida los ganadores de la temporada anterior. Firmó una ronda final de 67 golpes, para convertirse en el segundo jugador en la historia del PGA Tour en ganar un torneo a 72 hoyos en 30 o menos bajo el par del campo. Un birdie en el hoyo final fijo el 30 bajo par en su tarjeta, 262 golpes, se quedó a uno del record de Ernie Els en 2003, en este mismo recorrido de Kapalua.
«Me pareció un comentario muy simpático» dijo Spieth sobre las palabras de su caddie. «No es lo que voy hacer. No es porque hago lo que hago. No lo hago para que la gente vuelva hablar sobre si es posible o si simplemente piensa que tuve un año de suerte o algo así.»
Luego se detuvo y añadió: «Sigo pensando que será muy difícil tener una año como el pasado».
A principios de la semana había declarado que esto no era un «bis», que un bis significa que el espectáculo ha terminado. Tras este primer torneo del año, queda claro que no es así. El espectáculo continúa.
