En La Sella, Sarasti dará los consejos que hace once años recibió de Olazábal, Jiménez y Garrido: «Lo he estado pensando: tuve la suerte de estar con grandes jugadores y Lacoste me ha dado la oportunidad de transmitir la pasión e ilusión que ellos me transmitieron, sobre todo, a ser respetuoso con los demás».
«Me ha hecho mucha ilusión que me inviten. Ganar la primera edición de Lacoste Promesas fue increíble. El premio es lo que más recuerdo: el viaje a la Copa del Mundo fue un regalazo. Había tenido la oportunidad de jugar con Olazábal y a Jiménez le conocí en La Manga Club, pero ver de cerca y compitiendo a Sergio García, Donald, Casey, Cabrera… que tantas veces había visto en televisión, me fascinó. El último día fue un espectáculo, Sergio y Miguel Ángel tuvieron opciones hasta el final: a mitad de la vuelta los ingleses parecían inalcanzables, les llevaban 4 ó más golpes de ventaja y los españoles empezaron a jugar muy bien, creo que los británicos se fueron al agua en el 16 y se pusieron a un golpe a falta de un hoyo. Fue increíble: Marta y yo con nuestros padres, en Sevilla, en una Copa del Mundo y España con posibilidades de ganar… Nunca lo olvidaré», recuerda el guipuzcoano.
«En La Manga Club jugué una gran vuelta y tengo en mi cuarto la foto celebrando el eagle del 18, un recuerdo maravilloso. A quien más atención presté fue a Olazábal, mi ídolo, que siempre inculca humildad, respeto, trabajo y constancia, y es reconocido por todo el mundo. Yo procuro seguir sus consejos: si eres chulo y prepotente no tienes nada que hacer en un deporte de caballeros como el golf; intento ser respetuoso, que también me lo han enseñado en casa; hay que trabajar mucho, el talento te sirve para sacarte de un apurillo pero nada más; y jugar con ilusión, me considero un jugador pasional y disfrutar mucho con lo que hago ayuda a que me dedique a ello».
«En 2013 me hice profesional con 25 años, después de licenciarme en Marketing. A los 18 no tenía nivel suficiente y tampoco lo tenía claro. El golf me gustaba mucho pero en casa me dijeron que debía estudiar, pues, ¿qué iba a hacer con mi vida en el caso de tener una lesión? Debía prepararme otras salidas. Con la ayuda de la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes intenté compatibilizar la carrera sin perder torneos como el British Amateur. De aquella etapa recuerdo la ilusión que me hizo ganar la Copa Barcelona y ver mi nombre junto a jugadores como Sergio García; la Copa Andalucía supuso un salto de calidad, y fue muy especial el oro en el Campeonato del Mundo Universitario con Carlos Pigem, Jacobo Pastor y Scott Fernández; yo conseguí la plata individual. El torneo decisivo fue el Grand Prix des Landes 2013 haciendo muy buenas vueltas delante de mi familia y amigos, entonces consideré que ya estaba preparado y me pasé a profesional».
«Fallé la Escuela del Tour Europeo y gracias a pertenecer al Pro Spain Team pude jugar el Challenge, un circuito muy agresivo en el que aprendí a rodarme y a cómo enfocar los torneos, que se juega de manera distinta. También aprendí a no rendirme nunca, a no tirar ningún golpe porque un golpe puede ser todo. El primer año pequé de ansia, no fui paciente y quería que las cosas saliesen deprisa. Esta temporada ha sido muy distinta, estoy entrenando con Marta Figueras-Dotti que confía en mí y me ayuda mucho: un Top 3 en La Gomera y varios Top 20 me han asegurado la tarjeta para el Challenge 2016; he bajado la media de golpes haciendo vueltas buenas, dándole continuidad. Ahora los objetivos son totalmente diferentes, ya miro a la línea de arriba y no al corte».
Por su parte, Marta Silva, también quiso dejar sus valoraciones antes de la competición: «Enseguida dije que sí a la invitación, ¡por supuesto! Juan y yo somos muy amigos desde aquel Lacoste Promesas, luego coincidimos en la Blume y ahora entrenamos juntos, ¡las vueltas que da la vida! En La Manga Club nos trataron impresionante y lo pasamos genial, por eso jugué tan bien y gané a Carlota. Yo tenía 14 años y estaba en las nubes. La experiencia de jugar con los profesionales fue una maravilla: me impresionó lo tranquilos que le pegaban a la bola, como si nada, con qué facilidad. Olazábal nos dijo que ésta sería una carrera muy larga y lo importante es que lo pasásemos bien y disfrutásemos; con Jiménez nos reímos mucho, es genial y muy simpático; y Garrido nos enseñó estrategia. Se portaron fenomenal con nosotros. Me moría de vergüenza -¡ya la he perdido!- y ellos tan normales, súper campechanos, no me los imaginaba así. Recuerdo cuando nos dijeron que el premio era ir a la Copa del Mundo, no lo podíamos creer. Fue la primera vez que vi a los profesionales competir en directo y no en la tele; seguimos a Sergio y a Miguel Ángel que jugaban con Casey y Donald, que me encantaba».
«En 2007 me fui a Estados Unidos, hice el último año del cole y me gradué en Comunicación por la University of Georgia. Volví en 2012 y tenía bastante claro pasarme a pro; ese verano jugué con el equipo nacional y en septiembre fui a la Escuela del LPGA, pasé la primera fase pero no la segunda. En diciembre saqué tarjeta condicional del LET y aunque jugué bastante, volví a probar suerte al LPGA llegando hasta la final, pero me quedé justo en la condicional y fue muy complicado: entré en cuatro torneos y sólo pude jugar uno, te avisan un día antes cuando estás a muchas horas de viaje y no llegas a tiempo. Decidí quedarme en América y jugar el Symetra Tour, bastante durillo y una experiencia difícil. Allí no tengo casa y me convertí en nómada con la maleta y la bolsa a cuestas. Al final del 2014 volví de nuevo a la Escuela del LPGA con Juanito (Sarasti) de caddie y me fue regular, no jugué bien y no conseguí nada. Volví al Symetra hasta que me dije: «se acabó, no puedo continuar arrastrándome, me vuelvo a casa». Pasé un mes sin competir. Luego probé el Letas aunque mi juego no estaba muy allá, era más que nada una toma de contacto para intentar volver a disfrutar del golf en buen ambiente, a veces competíamos hasta 12 españolas y fue importante volver a ver amigas de toda la vida».
«De mi etapa amateur me hizo mucha ilusión ganar el Campeonato de España Cadete 2005 en play-off a Carlota, era la mejor, parecía imposible y pensé: «igual yo también puedo ser buena». Terminé segunda individual en el Europeo 2011 y aprendí mucho, iba ganando y me puse muy nerviosa. En Georgia pasé los cuatro mejores años de mi vida en cuanto a juego y me nombraron ‘Jugadora del año’ de todas las universidades por mi regularidad».
«Ahora entreno con Marta Figueras-Dotti, estoy jugando bien y otra vez con ganas, recuperando confianza poco a poco y sintiéndome más cómoda y centrada en mi juego. A los finalistas Lacoste Promesas les diré que se lo tomen con muchísima calma, que lo pasen bien y disfruten, eso es lo más importante. Que no les pase como a mí, que llegó un punto en el que no disfrutaba ni lo pasaba bien, jugaba por jugar pensando en el resultado más que en el golf. Así, no se llega a nada en este deporte».
El viernes día 4 a las 08:30h, Olazábal, Muñoz, Silva y Sarasti entrenarán junto a los 24 finalistas. A continuación saldrán a jugar. La Final tendrá lugar sábado y domingo a 36 hoyos Medal Play.
Finalistas Lacoste Promesas 2015
Elena Arias, Amaia Ubide, Raquel Montañés, Marta García Llorca, Dana-Helga Puyol, Águeda Cortilla, Judith Castro, Laura Fonseca, Dimana Viudes, Patricia Martín, Patricia Garre, Blanca Fernández García-Poggio, Ignacio Puente, Pablo Hualde, Hugo Canet, Jon López-Lanchares, Agustí Quinquilla, David Puig, Albert Boneta, Quim Vidal, Nacho Montero, Jorge Girona, Álvaro Puchades y Jaime Malaver.