Tiger Woods sigue de cabeza con su espalda, que no le deja avazar en la recuperación de su juego y le supone un quebradero de cabeza constante.
El norteamericano se ha visto obligado a pasar por el quirófano para someterse a una operación que le alivie, al menos temporalmente, las dolencias que tiene en esa zona, tal y como ha comentado en su web: «Era algo que tenía que hacer. Volveré tan pronto como pueda».
Agosto fue su última comparecencia oficial en un campo, en el Wyndham Championship de Greensboro, donde terminó décimo; un mes después, se operó para anunciar su vuelta ya de cara al año próximo.
Recordar que este año ha disputado tan solo 11 torneos, y en cuatro de ellos ni siquiera pasó el corte, un registro muy pobre para un jugador de su categoría, lo que le ha provocado caer en el ranking hasta un escalón nunca visto hasta la fecha (351).
Habrá que esperar a finales de año para ver si Woods mejora en su estado físico y la espalda le permite, al menos, recuperar parte del nivel exhibido en los campos o dar mucha guerra a los jugadores que actualmente dominna el circuito.