«No puede vivir su vida con miedo», han comentado los tres golfistas en referencia a los problemas físicos que le han acarreado la lesión en el tobillo izquierdo y la imposibilidad de participar en el Open de Escocia.
Phil Mickelson es, quizá, el que ha vivido el caso más de cerca, ya que en el año 1994 se cayó esquiando en Arizona y se rompió el fémur por la mitad, lo que le inhabilitó para jugar el Masters y no competir durante un período de tres meses.
«Yo no creo que él estuviera tomando un riesgo innecesario. Los accidentes ocurren y es un riesgo que no se puede evitar; la gente se lastima mientras está en la ducha o haciendo cosas normales en el día a día», agregó el norteamericano.
Caso similiar es el de Matt Kuchar, quien sentado en su coche sufrió una parálisis repentina en su espalda con grandes dolores y, dos días después, intentó participar en el PGA Championship pero sin éxito. «No se puede formar una burbuja en torno a uno mismo. Tampoco se puede proteger todo. Así que no creo que uno deba dejar de hacer lo que siempre ha hecho».
Rose tampoco criticó a su compañero de equipo de la Ryder Cup, señalando que McIlroy es el tipo de jugador al que le gusta «tener su mente lejos de golf. Creo que Rory es el tipo de persona que no rendiría bien si practicase 24 horas los siete días de la semana. Obviamente es probable que sea la última vez que Rory juegue a fútbol en medio de la temporada, aunque es muy fácil decirlo después de que suceda», concluyó el inglés.
