«Me dije: siento que estoy jugando bien, pero tengo que jugar un poco más», comentó el flamante ganador, Rory McIlroy. A principios de abril incluyo este torneo en su calendario, recordando la sede donde ganó su primer título del PGA Tour.
McIlroy fue el dominador absoluto del torneo, comenzó el domingo con una ventaja de cuatro golpes y redondeo su victoria con una tarjeta de 69 golpes (con un registro de 27 birdies), para terminar aventajando a Patrick Rodgers por siete.
Su total de para 72 hoyos de 21 bajo par, 267 golpes batió el record de Anthony Kim por cinco golpes y le servía para auparse al número 3 de la FedEx Cup: «Todavía hay un largo camino por recorrer, pero siempre es bueno ver tu nombre en la parte superior», comentaba.
Ahora, el norirlandés se encuentra inmerso en cinco torneos consecutivos, una racha que comenzó con su victoria en el World Golf Championships-Cadillac Match Play y continuó en el Players Championship, donde terminó octavo. Próximamente saldrá para Inglaterra, donde defenderá su título en el BMW PGA Championship, y ahora participará en el Abierto de Irlanda en el Royal County Down la semana que viene.
«La forma en que jugué me preparaba para ir por a por todas el último día», dijo McIlroy: «Tenía el control en todo momento y únicamente necesitaba lograr una ronda sólida para asegurarme el triunfo»
«He aprendido cómo manejar estas situaciones y logré terminar el torneo de la manera en que debería, algo que es muy satisfactorio y reconfortante», concluyó McIlroy.
