Quizás la lluvia y el retraso de casi cuatro horas que obligaron a que no se completase la segunda ronda fueron algunas de las causas que motivaron el resultado, pero lo cierto es que las dos vueltas de Rory McIlroy en el Honda Classic de Pebble Beach no se recordarán por su buen hacer.
Su primera vuelta de 73 impactos, y una segunda de 74 (+7) en total, motivaban que el norirlandés abandonase la competición al no superar el corte de +4.
«Estoy enfadado, no me gusta quedarme en los cortes, uno siempre quiere jugar el fin de semana y yo no estaré allí», decía un visiblemente enojado McIlroy.
Tras un periplo vacaciones de tres semanas, el número uno volvía a la competición en activo pero parece que el descanso no le ha venido nada bien de hecho, es la primera vez desde el 2013 en el Open de Muirfield, que McIlroy no supera un corte, ya que había quedado primero o segundo en ocho de sus últimas doce apariciones.
El viernes empezó con bogey en el oyo 10 después de errar la salida, y en el 18 se fue al agua, y con errores impropios de él continuó durante toda la jornada. «Creo que después de regresar de un descanso de tres semanas me he sentido…yo no diría oxidado, pero no lo bastante cómodo con mi juego», comentaba McIlroy.
«Tras estar tres semanas fuera y jugar en condiciones como éstas, de alguna manera muestras dónde está tu juego. Llevo dos torneos esta temporada y, sin embargo, sentía como si este fuese el primero. Toca hacer un poco de trabajo y mirar a Miami».
QUien si parece haberse encontrado en Palm Beach es Sergio García, quien viene de pelear hasta el último momento la victoria en el Northern Trust y en este torneo se encontraba en el puesto 19 de la tabla, con el par, pero en el hoyo 7 de la segunda vuelta, tuvo que parar su juego por falta de luz, momento en el cual el liderato era para Brendan Steele (-8).
