El diseño del hoyo 14 de Royal Dornoch, un par cuatro de 414 metros, se puede atribuir a Old Tom Morris y sus amigos, pero se tiene la sensación, cuando se mira más allá de los brezos, por encima de las dunas y al siglo XVII, que Old Tom Morris dejó al 14 liberado a sus propios recursos.
Desde luego el legendario escocés decidió dónde colocar el tee y el green. Pero acreditar una intervención humana en el diseño del 14 es exhibir una presunción tan grande como la naturalidad del mismo hoyo. En ningún otro campo de golf del mundo tiene tanto sentido la frase de que el juego del golf en su más puro sentido es el juego de Dios.