La vida de Pablo Llanes siempre ha estado ligada al mundo del deporte. Primero, por su pasión por el baloncesto, al que juega desde niño y desde el que sigue disfrutando; y, después, por su profesión de fisioterapeuta, que le ha llevado a trabajar en lo que más le gusta. Durante quince años estuvo ligado a la sección de baloncesto del Real Madrid y durante tres a la Selección Española, por donde pasaron por sus manos los famosos ‘juniors de oro’ (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y compañía).
Hoy en día dirige la clínica Holystic e imparte el Master de fiioterapia deportiva IACES. Por sus manos han pasado deportistas de todo tipo y, lo que le llama la atención cuando trata a un golfista es su positivo estado de ánimo. «Es curioso, porque la gente que practica el golf es feliz. Se trata de personas saludables mentalmente, que se disfrutan con lo que hacen y eso es muy distintivo».
Logicamente, según el nivelde exigencia de cada cual, las exigencias de los profesionales o las de los amateurs son diferentes: «No es lo mismo tratar a un golfista profesional que a uno amateur. El primero se preocupa de tener una musculatura compensada por que entiende que el golf es un deporte asimétrico. Sin embargo, el aficionado de fin de semana es totalmente diferente. Desde nuestro punto de vista es divertido por que ya sabes lo que te vas a encontrar: una musculatura descompensada. Lo ideal para combatirlo es siempre combinar el golf con otro ejercicio como natación, tonificación o bicicleta para prevenir lesiones».
La filosofía de su centro es ver el cuerpo desde un punto de vista global y en ese sentido «el golf nos encanta, porque no se queda en la técnica, sino que suma al ser un ejercicio aeróbico al aire libre durante cuatro horas el ser una actividad que socializa con los demás compañeros y eso es muy destacable».
Al igual que distingue entre profesionales y amateurs, Llanes también diferencia entre los niveles de competición de estos últimos: «Yo siempre he dicho que empezaré a jugar a los cincuenta. Es el deporte ideal para el final de la edad adulta. Si se quiere ser competitivo, es importante empezar de joven porque es muy técnico; ahora bien, si queremos disfrutar con los amigos, se puede empezar a cualquier edad. Eso si, es fundamental dar clases al principio para aprender bien los movimientos. Como vemos en nuestros estudios del gesto, una buen técnica ayuda a prevenir percances».
La vida de Pablo Llanes siempre ha estado ligada al mundo del deporte. Primero, por su pasión por el baloncesto, al que juega desde niño y desde el que sigue disfrutando; y, después, por su profesión de fisioterapeuta, que le ha llevado a trabajar en lo que más le gusta. Durante quince años estuvo ligado a la sección de basket del Real Madrid y durante tres a la selección española, por donde pasaron por sus manos los famosos ‘juniors de oro’ (Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y compañía).
Hoy en día dirige la clínica Holystic (www.holystic.es) e imparte el Máster de fiioterapia deportiva IACES. Por sus manos han pasado deportistas de todo tipo y, lo que le llama la atención cuando trata a un golfista es su positivo estado de ánimo. «Es curioso, porque la gente que practica el golf es feliz -reconoce-. Se trata de personas saludables mentalmente, que se disfrutan con lo que hacen y eso es muy distintivo.»
Logicamente, según el nivelde exigencia de cada cual, las exigencias de los profesionales o las de los amateurs son diferentes. «No es lo mismo tratar a un golfista profesional (como hicimos hace años con Miguel Ángel Martín cuando le recuperamos en el Real Madrid) que a uno amateur. El primero se preocupa de tener una musculatura compensada por que entiende que el golf es un deporte asimétrico. Sin embargo, el aficionado de fin de semana es totalmente diferente. Desde nuestro punto de vista es divertido por que ya sabes lo que te vas a encontrar: una musculatura descompensada. Lo ideal para combatirlo es siempre combinar el golf con otro ejercicio como natación, tonificación o bicicleta para prevenir lesiones.» La filosofía de su centro es ver el cuerpo desde un punto de vista global y en ese sentido «el golf nos encanta, porque no se queda en la técnica, sino que suma al ser un ejercicio aeróbico al aire libre durante cuatro horas el ser una actividad que socializa con los demás compañeros y eso es muy destacable».
Al igual que distingue entre profesionales y amateurs, Llanes también diferencia entre los niveles de competición de estos últimos. «Yo siempre he dicho que empezaré a jugar a los cincuenta. Es el deporte ideal para el final de la edad adulta. Si se quiere ser competitivo, es importante empezar de joven porque es muy técnico; ahora bien, si queremos disfrutar con los amigos, se puede empezar a cualquier edad. Eso si, es fundamental dar clases al principio para aprender bien los movimientos. Como vemos en nuestros estudios del gesto, una buen técnica ayuda a prevenir percances».