Cuando lean estas líneas, estaremos volando hacia Edimburgo camino al pueblo de St. Andrews para, mañana por la mañana, jugar el mítico Old Course.
Todos los años, allá por el mes de marzo, cuando comienza nuestro Circuito Objetivo St. Andrews, con el patrocinio de Novo Banco, soñamos con la llegada de este día. Ya son cuatro las ediciones viajando con los ganadores del Circuito a la cuna del golf. Les puedo asegurar que para mi, que lo he jugado cuatro veces, la emoción es la misma que el primer día. Imaginen lo que será para los novatos ganadores que se van a enfrentar, por vez primera, a los bunkers y greens escoceses.
El premio para los ganadores del Circuito Objetivo St. Andrews es un lujo, cada vez al alcance de menos personas por lo complicado que se está poniendo conseguir salidas en la cuna del golf. Para cualquier aficionado al juego del golf poder pisar la hierba sagrada de los links de St. Andrews representa una emoción y una experiencia única.
Alojarse, además, en el Hotel Old Course, cinco estrellas, situado en el hoyo 17, cenar en el Dunvengan, la cantina, por que no es más que eso, una cantina donde los caddies montan su cuartel general durante la semana del Open, cuyas paredes están llenas de fotografías de los grandes de la historia es, sencillamente, indescriptible.
Como dijo Bobby Jones en su día: «En mi vida podría prescindir de todo excepto de mi experiencia en St. Andrews y, aún así, mi vida seguiría siendo fructífera y completa». Ante una sentencia como ésta poco más se puede añadir excepto que nos acompañe el tiempo. Aunque un poco de viento no estaría mal, así los ganadores de nuestro Circuito, podrán entender un links en toda su extensión.
Desde hoy, y hasta el próximo viernes, les seguiré informando de lo que sucede por las tierras de Old Tom Morris.
Buen swing.