Gleneagles coronaba a un equipo comandado por Paul McGinley basado en cinco aspectos a tener muy en cuenta, y que han servido para dejar el título en casa, una vez más:
Remontada de Sergio García y Rory McIlroy:
Después de perder el mejor bola del viernes por la mañana, el número uno y tres del mundo se encontraron otra vez contra las cuerdas en el foursome de la tarde, dos abajo y dos a jugar frente a Rickie Fowler y Jimmy Walker.
Un put descomunal de McIlroy para birdie en el 17 les hizo llegar al 18 (par 5), donde García tomó el relevo. El drive de su compañero estaba en rough detrás de un árbol y desde ahí el español pegó un increíble hierro 3 teledirigido, con la curva perfecta para terminar a siete metros del hoyo. Dos puts para birdie les dieron un empate crucial.
Rose y Stenson hacen historia:
El sábado por la mañana Justin Rose y Henrik Stenson protagonizaron una de las mejores actuaciones a mejor bola de la historia del golf. Iban dos abajo terminado el 6, y a partir de ahí hicieron birdie en los diez hoyos siguientes. Establecieron un nuevo récord de 12 birdies en una vuelta, de camino a una victoria por 3 y 2 sobre Matt Kuchar y Bubba Watson.
Cuando los norteamericanos perdieron en el 16 iban nueve bajo par en un partido para la historia, con un record de 21 birdies entre los cuatro jugadores y un impulso importantísimo para el bando de McGinley.
El grito de guerra de Poulter:
Aunque no ha mostrado su mejor momento de forma, Ian Poulter ha dejado su sello esta semana.
En la mejor bola de la mañana del sábado, con McIlroy de compañero, iban uno abajo en el 16 y habían fallado el green. Cuando el inglés la metió desde rough para ganar el hoyo, su conocido grito de guerra levantó la moral europea y trajo pésimos recuerdos al adversario. Convirtió una probable derrota en un empate y marcó la tónica de una gran tarde para Europa.
Kaymer saca la magia:
El autor del pat de la victoria en Medinah volvió a estar a la altura de las grandes ocasiones cuando la metió desde fuera para derrotar a Bubba Watson por 4 y 2.
El alemán iba dormie en el 16 (par 5) pero había perdido el hoyo anterior y se encontraba de dos en una hondonada a la izquierda del green. Desde ahí jugó un trepador perfecto que entró en la última vuelta y puso a Europa a medio punto del objetivo mínimo.
Donaldson remata:
Extraordinaria actuación del novato de 38 años que asume sin pestañear la tremenda presión de la Ryder. Primero gana dos puntos de tres con Lee Westwood de compañero y luego aporta el punto de la victoria de forma espectacular.
El público se abalanza hacia su partido, sospechando que puede ser decisivo, y el galés se crece bajo los focos. Después de un gran drive, la deja a centímetros del hoyo con un wedge sublime para sellar el triunfo europeo.