«Eso no fue muy bueno», dijo Woods, quien apenas consiguió un birdie — y tuvo que hacerlo con un afortunado tiro desde la calle — en camino a una ronda de 74 golpes, tres sobre par. «Muchos tiros malos».
Uno cayó en un arroyo. Otro provocó un caos tras las cuerdas, donde los espectadores debieron esforzarse para que la pelota no les golpeara. Uno más rodó hasta un área cercada donde los aficionados pueden utilizar su teléfono móvil, a unos 30 metros a la derecha de la calle.
Quizás Woods se sintió tentado a pedir alguno prestado prestado, para pedir ayuda.
«No jugué tan bien como quería. No conseguí putts hacia el hoyo«, dijo. «Esa no es una buena combinación«.
Lee Westwood, con la mejor ronda de su carrera en el PGA Championship, entregó una tarjeta de 65 golpes, al igual que Ryan Palmer y Kevin Chappell. Woods quedó a nueve golpes de ellos.
Jim Furyk y Edoardo Molinaria estaban a un impacto de los líderes, lo mismo que McIlroy, primero del escalafón mundial y favorito en este último major del año.
Tras sus victorias en The Open Championship y en el Bridgestone, McIlroy repuntó por la tarde, tras un mal golpe en el hoyo 10, donde envió su segundo golpe por encima de una cerca e incurrió en un doble bogey. El norirlandés de 25 años hilvanó cuatro birdies seguidos a partir del hoyo 12, para quedar en cuatro bajo par.
Falló por poco un intento de eagle en el 18 y se conformó con una tarjeta de 66. Fue un buen comienzo en su intento de ser el séptimo jugador que gana los últimos dos majors del año.
El objetivo principal de Woods, sin embargo, será pasar el corte, aunque insistió que aún tiene la oportunidad de conseguir su décimo quinto major.
«Simplemente no veo que en este campo los demás tengan marcadores muy bajos», señaló, aparentemente sin haber observado la tabla de líderes. «Debo ponerme abajo para para terminar el día de mañana. si logro eso después de dos rondas, estaré en la contienda«.
Rafael Cabrera-Bello es el mejor de los españoles en el torneo, 69 golpes, dos bajo el par del campo, vigésima posición. Sergio García, por su parte, es trigésimo quinto con una ronda de 70 golpes. Gonzalo Fernández-Castaño firmó el par del campo y provisionalmente esta en el corte. Miguel Ángel Jiménez con 72 y sobre todo Pablo Larrázabal con 79 tendrán que mejorar para ser de la partida el fin de semana.