El golfista norteamericano, Tiger Woods, que ya se sometió a una operación de microdisectomía el pasado marzo y encarrilaba su décima competición tras su regreso, notaba de nuevo molestias en la espalda tras caer su bola en un búnker después de jugarse un mal tiro.
El mismo domingo por la tarde, ya estaba de vuelta en Florida, donde será evaluado y se tomará una decisión sobre su participación en las próximas citas del campeonato PGA. Su propio compañero, Bubba Watson, comentaba que le había visto golpear «de una manera en la que Tiger no está acostumbrado, incluso cuando se vuelve de una operación como la suya».
Prueba de ello es que, una vez que llegó al coche con el que abandonó el campeonato, no podía siquiera agacharse para desatarse los cordones de sus zapatos. El propio Tiger era preguntado sobre sus posibilidades sobre la disputa del PGA de la semana próxima, sobre lo que comentaba que no sabía nada, que sólo quería salir de allí para descansar.
Debido a su retirada, es muy probable que Woods no pueda jugar los playofss de la FedEX Cup, ya que en esa clasificación está el número 215 y únicamente van los 125 primeros, con lo que podría ocurrir la misma situación de hace tres años, cuando el norteamericano, debido a sus lesiones en la rodilla y en el tendón de Aquiles, le hicieron estar en el dique seco durante tres meses.
Habrá que esperar, por tanto, a ver la mejoría de la lesión de espalda y si finalmente Tiger Woods vuelve a la competición a su más alto nivel o si por el contrario las lesiones le apartan durante una temporada.
