Woods apareció en público con zapatos para golf por primera vez desde que salió del campo en Doral el 9 de marzo debido a una lesión en la espalda que se presentó por primera vez en agosto de 2012. El 31 de marzo se sometió a una operación para aliviar un nervio presionado.
Cuando se le preguntó en qué etapa de su recuperación se encuentra, Woods dijo: «Ha sido un proceso interesante. Ha sido un proceso tedioso, pero es un periodo en el que he llegado a un punto en el que puedo jugar a nivel competitivo otra vez. Eso es emocionante».
El jugador más influyente en las ultimas decadas en este deporte se perdió el Masters de Augusta, el Abierto de Estados Unidos y dos torneos más en los que jugaría como campeón defensor.
Woods dijo que su objetivo es llegar en perfectas condiciones a Liverpool para el Open Championship y quizá no hubiera participado esta semana de no ser porque es el torneo de su Fundación y merece la pena el esfuerzo por los niños que lo necesitan.
Woods es famoso por decir que no juega ningún torneo si cree que no puede ganarlo. Eso no ha cambiado mucho para el torneo de esta semana, que ha ganado en dos ocasiones.
No obstante, hay que aceptar una dosis de realidad cuando se habla de ganarlo todo. Eso se explica por la edad del jugador, 38 años, la experiencia de casi 20 años de competeción y el hecho de que las campañas recientes han sido interrumpidas por las lesiones.
«La expectativa no cambia», dijo Woods. «Ese es el objetivo, sólo que en esta ocasión va a ser más difícil conseguirlo. No he tenido la preparación y la práctica que me habría gustado. Pero soy lo suficientemente bueno para jugar y voy a intentarlo».