Se habla español en el PGA de Catalunya

El citado Eddie Pepperell fue quien exhibió mayores dotes para domar al bello recorrido del PGA Catalunya Resort, un jugador joven por hacer que busca precisamente construir su yo a base de buenos resultados como los de la primera jornada en este Open de España, un comienzo curiosamente dubitativo –bogey nada más empezar– que dio paso, eso sí, a una vuelta digna de los mejores campeones, de esos que, Ranking Mundial en mano, se vanaglorian de ocupar los primeros puestos a base de fantásticos y repetidos resultados a lo largo de la temporada.
 
Eddie Pepperell, a lo suyo, se abstrajo de todo para construir una vuelta sobresaliente, que aislada es motivo de loa, pero que precisa de nuevas y sucesivas inyecciones de energía para acabar este domingo, con todos aplaudiendo, alzando la copa de campeón.
 
De momento, eso sí, que le quiten lo bailado a Eddie Pepperell, que tras el tropiezo inicial con su bogey en el primer hoyo dio una lección de lo que es jugar al golf, encadenando una serie de birdies en un número tan apreciable que le permitió acceder al liderato, primero en el hoyo 4, luego en el 6, más tarde en el 13, en el 15 y en el 17, dale que te pego a la rúbrica del birdie hasta cincelar una tarjeta de 68 golpes (4 bajo par) hasta el momento triunfadora.
 
Por detrás, eso lo sabe él más que nadie, no tiene respiro. Sólo sea por cantidad. No en vano, nada menos que ocho jugadores le echan el aliento en el cogote, muchos de ellos con pedigrí golfístico extraordinario, con mención especial para los tres españoles que han adquirido mayor protagonismo en el inicio de este apasionante Open de España.
 
Nombrar a Sergio García, Miguel Ángel Jiménez y Rafael Cabrera, todos ellos empatados en la segunda plaza a apenas un suspiro –ergo es, a un golpe– del líder momentáneo, es mentar a la bicha para el citado Eddie Pepperell, jugadores con un palmarés impresionante que han tomado, por caminos distintos, posiciones de cara a las siguientes jornadas.
 
Es el caso de Sergio García, número 7 del Ranking Mundial, seguido en el campo por una numerosísima legión de espectadores ávidos del espectáculo que fraguó muy pronto, dos birdies consecutivos –sí, un bogey posterior–, otro birdie, ¡un eagle!, y otro birdie para terminar la primera vuelta, acciones combinadas que hicieron rugir, de forma literal, a todos los centenares de aficionados que le seguían.
 
Luego, en la segunda vuelta, el castellonense no encontró la fórmula para reproducir su instinto ‘killer’, si bien su admirable vuelta es más que suficiente para postularse de cara al título, 69 golpes de momento, un objetivo que comparten, con una vuelta de idéntico resultado final, el inagotable Miguel Ángel Jiménez –qué sobriedad, qué brillantez, qué grandeza–, tres birdies distribuidos de manera estratégica en su tarjeta, sin fallo alguno, para construir por su parte una nueva vuelta admirable, lo mismo que Rafael Cabrera, una relación birdie-bogey más que favorable, un emocionante vaivén de sensaciones en su caso, que si seis birdies y tres bogeys en su tarjeta, que dieron como resultado otro sensacional 69, al acecho pues del inspirado Eddie Pepperell.
 
Y por detrás, para mayor inquietud del inglés, otros muchos jugadores, entre ellos más españoles –Jordi García Pinto, 70 golpes; Ivó Giner y Jorge Campillo, 71–, poniendo de manifiesto que este Open de España, ojalá, acabe hablando español.