Garrigus tuvo que conformarse con un resultado de uno bajo par, 70 golpes, en la tercera ronda, los fallos con el putt en los hoyo 12 y 18 cuando trataba de salvar el par permitieron a Kevin Na acercarse hasta un golpe, quien presentó una trabajada tarjeta de 68 golpes.
La última partida en Copperhead se convirtió en momentos en un trio, junto a Garrigus y Na se vio a un oficial del torneo cronómetro en mano. Aunque terminaron dentro de la cuatro horas previstas para la ronda, perdieron dos hoyos respecto al partido que les antecedía.
Ambos jugadores tuvieron un mal tiempo, el primero para Garrigus, aunque no para Na, uno más y hubiera supuesto un golpe de penalización para él.
“No estoy acostumbrado a que me pongan en el reloj”, declaró Garrigus, uno de los jugadores más rápidos del Tour. “Es la primera vez en nueve años, en realidad la primera vez en 17 años de profesional que me asignan un mal tiempo, me eché a reír.”
Estaban en el reloj cuando la bola de Garrigus terminó en un “lie” horrible en el lateral de un colina del hoyo 14, par cinco. Caminó hasta el green para poder afrontar mejor el golpe. Los apenas treinta metros de ida y vuelta supusieron más de los 40 segundo asignados para ejecutar el golpe. Na recibió su avisó en el hoyo 13, par 3, cuando debía ser el primero en jugar.
“Sobre el agua, con el viento difícil de valorar, y la bandera en una esquina, obviamente brutal, tal vez me tome un poco más tiempo del necesario, un poco de tiempo extra, para un golpe muy duro”, justificó Na. “Sabía que estaba en el cronómetro. Se como jugar, no se que estaba diciendo la gente, pero no siento que deba ser criticado por mi forma de jugar, hoy soy el primero en admitir que juego lento, sin embargo hoy no siento que haya sido así.”
Juego lento o no, la ronda final será un atasco de de jugadores con opciones de victoria, hasta diez están a tiro del trofeo.