24 de noviembre de 2024

Nuevas sensaciones

Nuevas sensaciones

Salir de casa para jugar un torneo es algo habitual, aunque esta sea la primera vez que lo hago como profesional. Llegar a un país extraño siempre tiene algo de exótico, sobre todo cuando el destino es Egipto.

Para un jugador de golf sus herramientas de trabajo son lo más importante. Esperar y esperar a que salgan por la cinta y ver que no llegan tu palos… para que contar.

Ahora, ver que un paisano se los lleva a su casa es para no creer. Acercarte para pedírselos y escuchar que le debes una propina por cuidártelos ya es de traca.

Camino del hotel, más sorpresas. La circulación es la ley de la selva. Cada cual va por donde quiere. Más increíble fue cuando el conductor de nuestro “microcar” paró en el arcén de la autopista por un inoportuno apretujón.

Llegada al hotel, organizar la habitación y directos al campo de golf. Nos recibió un fuerte viento. La primera sensación es que se trata de un buen campo. Bien presentado, quizás largo, aunque por el fuerte viento y algo de fresco no tenemos buenas referencias. Estoy pegando un hierro 6 para 130 metros, cuando esa no es, lógicamente, mi distancia habitual con ese palo.

Es un campo donde estar en calle será fundamental para atacar unos greens muy movidos y con un rough muy denso a su alrededor.

Me he sentido muy bien, cómodo, tanto en el campo, como después en la cancha de prácticas, donde he estado hasta que se ha hecho de noche. De vuelta al hotel, un poco de gimnasio y a descansar.

Por lo demás todo perfecto. La comida un poco rara, pero lo gente muy maja y nos han recibido fenomenal.

Para ser mi primera jornada como profesional, no esta nada mal.

Estos días os iré contando más cosas y así no me sentiré lejos. 

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