23 de noviembre de 2024

Los ecologista en contra del campo de Nerja

Los ecologista en contra del campo de Nerja

El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía, GENA-Ecologistas en Acción, ha remitido un escrito a la Junta de Andalucía en el que le solicita que arbitre las medidas que la legislación ponga a su alcance para detener el «desastre ambiental» que, a juicio de este colectivo, supondría la ejecución del proyecto urbanístico y de golf previsto en el barranco de La Coladilla, en el municipio malagueño de Nerja.

Golf Confidencial  Este proyecto, que ha sido objeto de litigio entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía desde la aprobación del Plan de Ordenación del Territorio (POT) de la Axarquía, que incluyó la zona como protegida, tiene ahora vía libre para su ejecución después de que la pasada semana el Tribunal Supremo anulase varios artículos del POT, lo que permite que los terrenos tengan la calificación de urbanizables.

   En un comunicado, el presidente de GENA, Rafael Yus, ha informado del contenido del escrito remitido a la Junta, en el que, entre otros aspectos, lamenta que la inclusión en su día del barranco de La Coladilla dentro de las áreas de interés territorial que establecía el POT «no se acompañara debidamente con las argumentaciones, a nuestro juicio de peso, para tal protección».

 

   Entre estos argumentos, que el colectivo expresó en forma de alegaciones, se encuentra por ejemplo el hecho de que buena parte de la superficie meridional de La Coladilla «entraba dentro de la demarcación del Bien de Interés Cultural (BIC) de la Cueva de Nerja, lo que, según la normativa, impediría que en este lugar se pudiera hacer nada, ni campo de golf, ni construcción de viviendas», lo que reduciría el proyecto a la mitad.

   Asimismo, GENA afirma que la superficie de la parcela del proyecto urbanístico «sobrepasa en varios sectores del norte del barranco, invadiendo netamente la delimitación legal del Parque Natural de Tejeda y Almijara», lo que supondría una merma de la superficie de la parcela del proyecto en aproximadamente una quinta parte.

   Yus ha indicado que, además, según la Ley de Prevención de Incendios, al estar la parcela rodeada de una masa forestal, el proyecto urbanístico «tiene que respetar una distancia perimetral mínima de 15 metros, lo que supondría añadir una pérdida de superficie urbanizable de aproximadamente un tercio».

   Al margen de estos argumentos, que «reducen considerablemente la superficie útil y por tanto la rentabilidad del negocio inmobiliario», el colectivo esgrime razones de carácter ambiental, como la existencia en la zona urbanizable de especies vegetales protegidas, como el cambrón, el boj de Baleares, la olivilla o la pelosilla de Tejeda, esta última endemismo de la sierra, especies en cuya protección la legislación actual «es exigente».

   También ha explicado que la zona cuenta actualmente con una «importante» masa forestal, que «tiene un valor ambiental indiscutible y preserva a Maro de potenciales avenidas torrenciales», y ha señalado que en este lugar existen hábitats protegidos a nivel europeo, como tomillares, cambronales y bojedales.

   Por último, el responsable de GENA ha indicado que el sustrato geológico de la zona es de naturaleza calcárea y, por lo tanto, permeable al agua, por lo que construir un campo de golf sobre él «plantea numerosos problemas, como la falta de tierra para el ‘green’, lo que exigirá hacer enormes acarreos de tierra fértil».

   «Aun así, las aguas de riego acabarán filtrándose en el sustrato, contaminando las aguas subterráneas con los nitratos -abonos– y pesticidas del mantenimiento del campo de golf», ha aseverado.

   El colectivo ecologista mantiene la esperanza de que, en las condiciones económicas actuales del sector inmobiliario y con la reducción de su superficie útil derivada de los argumentos expuestos, el proyecto «finalmente deje de ser viable», aunque teme que aun en estas condiciones «puede interesar a algún grupo, aunque sea con fines especulativos».

   Por ello, considera «primordial» que la Junta «se anticipe, utilizando el arsenal de recursos legales proteccionistas de que dispone actualmente, y que lo haga lo más pronto posible», con el fin de detener «el desastre ambiental que supondría la perpetración de este campo de golf».

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