Que hay crisis es algo cierto y conocido por todos, pero de ahí a que este campo de golf, que tiene muchos usuarios y su cancha de prácticas está siempre llena, utilice bolas más antiguas que el poema de la Vaquera de la Finojosa es algo que, para sus clientes, supone una falta de respeto.
Y es que toda amortización tiene su límite.