Mi mejor resultado en el Open de España fue en el antiguo El Prat en 1998, donde quedé segundo detrás de Thomas Bjorn. También recuerdo que mi primer torneo como profesional fue el Open de España que se jugó en Vallromanas en 1985, llovía a cántaros y no pasé el corte por un golpe. Después fui a la Escuela y saqué la tarjeta.
El campo es difícil y está muy bien preparado. No te permite muchos errores, los pares 3 son largos, los hoyos 1, 5 ó 6 son durísimos y los greenes tienen mucho movimiento. Si te quedas lejos, es complicado hacer dos putts.
Volver a competir después del parón que he tenido es como volver a empezar y es difícil recuperar las sensaciones. Noto que en el campo pierdo la capacidad de análisis, a veces, después de dar un golpe, me doy cuenta de que no era el más efectivo, y soy consciente de que el retorno no será sencillo. El físico no es excusa. Es cierto que no puedo entrenar con la misma intensidad que antes, pero ahora las molestias no me impiden hacer el movimiento.
No estoy obligado a jugar por ser capitán del equipo de la Ryder, siempre he dicho que si no estoy bien físicamente, prefiero no competir, pero me parece importante estar cerca de los jugadores y para eso hay que estar en los torneos, aunque no es una imposición.
Estuve con Butch Harmon en Augusta y he detectado cuál es el problema que tengo en el swing, pero no he conseguido solucionarlo. La semana pasada entrené bastante y hay días que estoy muy bien, pero luego vuelvo a los mismos errores, por eso no tengo todavía la confianza necesaria para competir.
Este año estoy compitiendo con más asiduidad, pero debo mejorar mi nivel de juego, sobre todo con el Drive. El putt no me preocupa, aunque no están entrando, el swing del putt no lo hago mal. Con el Drive sí tengo margen de mejora.
Álex Larrazábal (caddie) conoce muy bien el campo y me va a ayudar mucho esta semana, sobre todo en los greenes.
Este campo le va a los pegadores, Álvaro Quirós lo puede hacer bien, también Paul Lawrie porque aprocha y patea muy bien. Pablo Larrazábal conoce muy bien el campo y está jugando bien, hay muchos jugadores que pueden ganar.
Creo que Manassero puede llegar a número 1 pero tiene la limitación de la pegada. Su juego corto es extraordinario pero desde mi punto de vista le falta potencia para enfrentarse a Tiger, Mickelson, etc. De todas formas, es muy joven y puede ganar pegada con el tiempo. De momento ya ha ganado dos torneos antes de los 18 años, que es una marca extraordinaria.
Estarán en el equipo de la Ryder los jugadores que lo merezcan por su juego, no por su nombre.
Voy a hacer dos elecciones en lugar de las tres que hizo Monty. Además, antes se elegían a los cinco primeros jugadores europeos del ranking mundial y después, a los cinco del circuito europeo. He cambiado el orden para dar prioridad al ranking europeo porque con esta fórmula, sobre el papel, el equipo hubiera sido más sólido en los últimos años”.
