Tiger Woods y Phil Mickelson tuvieron el viernes un cierre enérgico que les hizo recuperar la confianza en alcanzar a Bill Haas, el líder del torneo de Torrey Pines.
Al mostrar paso a paso la habilidad esperada por todos, Haas consiguió ocho birdies en el Campo Sur y finalizó la segunda ronda con 66 golpes, seis bajo par, con dos impactos arriba de Anthony Kim. Suma 133 impactos, 11 bajo par.
«Un buen recorrido de 36 (hoyos) durante el fin de semana podría convertir ésta en una gran semana», dijo Haas.
Mickelson, ante su esposa entre los espectadores por primera vez desde que supo que tenía cáncer de mama en mayo del 2009, embocó dos birdies seguidos y firmó una tarjeta de 69, tres bajo par, en el Campo Norte. Tiene un rezago de tres golpes junto con el campeón defensor Ben Crane y John Daly entre un grupo de siete jugadores con un total de 136.
Daly, quien no ha ganado desde que obtuvo la victoria hace siete años en Torrey Pines, se recuperó de un doble bogey en el Campo Norte para terminar la ronda con 69 y acechar el primer lugar por primera vez desde que adelgazó.
Woods consiguió mantener vivas sus esperanzas en el torneo. Tuvo un recorrido de 69 golpes y quedó a cinco del líder, aunque sólo está abajo de 11 jugadores en los marcadores.
Woods hiló cuatro birdies al comienzo de la ronda y en un momento dado se puso a tres golpes del líder, pero en dos ocasiones tuvo que pegar dos veces para salir de una trampa de arena y llegó a estar ocho golpes atrás hasta que hizo dos birdies en los últimos tres hoyos.
«Fue una ronda que pudo fácilmente haberse escapado de las manos», dijo Woods.
Su cierre lo dejó optimista sobre la posibilidad de dar fin a la sequía más larga de su carrera. Han pasado 14 meses desde su última victoria, en el Masters de Australia en noviembre del 2009, justo antes del accidente en su vehículo la noche del Día de Acción de Gracias que trastocó su vida.