Sirva este ladrillo como crónica de lo acaecido en El Toyo, Almería, los día 4, 5, 6 y 7 de noviembre de 2010. Es sabido, a nada que alguna vez te fijes en esta página “web” que ahora lees, que se había convocado un cuadrangular de golf (no somos la Asociación Española de periodistas Jugadores de Parchís en Pista Cubierta, tal vez por esto pensamos en golf) en el que nos íbamos a enfrentar con Alemania, Bélgica y Portugal. Equipos de doce jugadores de cada nacionalidad tenían que acudir a El Toyo, y el único problema que hubo, en este sentido, fue que los belgas se quedaron en nueve, pues no consiguieron juntar doce asistentes. El jueves 4 hubo una ronda de entrenamiento para que todos conocieran el campo, que ese día se mostró amable, con grandes “greenes” especialmente bien cuidados, calles estrechas y semilargas y un “rouge” tratable para ser bermuda. El día estaba perfecto en lo que a sol y viento se refiere, con bastante de aquél y poco de éste. Qué campo tan bonito, que día tan agradable, decíamos todos al acabar la jornada de prácticas. Al día siguiente, viernes 5, comenzaba la competición, y alguien en las alturas se dio cuenta de ello, Se levantó un día nublado pero templado, y a media mañana Alborán Golf demostró por qué se llama así, pues el viento empezó a hacer de las suyas y todos supimos lo que el campo significa cuando se dan las condiciones para las que está diseñado. Vale, la dejas en “green” porque estos son más grandes que las plazas de toros de algunos pueblos, pero luego hay que llevarla hasta el agujero, y lo que te encuentras no es precisamente plano. Con las barras de salida donde estaban no es exageradamente largo, sí, pero hay que ponerla en calle con el “driver” o te va a costar encontrarla y mucho más sacarla de la bermuda y sus garras. En fin, que en la cena de esa noche (impecable, por cierto, tanto las habitaciones como las cenas, con desayunos rallando en la perfección, un diez para el Cabogata Plaza Suites), poca gente sonreía y, por poner un ejemplo, Crescencio Argüeso contemplaba la posibilidad de no ganar ningún trofeo “scratch” (lo nunca visto!!!!). Hechas las cuentas y pasadas las tarjetas, la clasificación no nos iba mal España empataba en la primera posición con Portugal, ambos con 263 puntos (suma de las nueve mejores tarjetas de cada equipo). Alemania estaba tercera con 250 puntos y Bélgica “rozaba el podio” con 228. La segunda jornada de competición los partidos se componían mediante la clasificación del primer día, con los cuatro mejores resultados en el equipo 1, los segundos en el dos, etc (el primer día se juntaban por orden de hándicaps). En ambos casos hubo que rellenar los tres últimos partidos con un español más en cada uno para suplir a los belgas que faltaban, y ahí colocamos a Paco Doménech, Juan Asenjo y Andrés García Viu, que hicieron de “Tercios de Flandes” aunque no puntuaban para ningún equipo y no se sabe con certeza quien de los tres era el Capitán Alatriste…
La segunda jornada se presentó con un día perfecto, con sol y sin viento, y la dirección del campo siguió con su impecable manejo del campo y colocó las barras atrás del todo y las banderas más escondidas, con lo que lo homogeneidad del juego se preservó a la perfección. El que esto escribe tuvo la precaución de entregar su tarjeta al compañero competidor portugués por eso de que en Eurovisión nos suelen dar muchos puntos, pero la verdad es que no hizo falta porque nuestro equipo, por una vez, estuvo sembrado y arrasó. Los números del segundo día fueron España primera con 286, Alemania segunda con 251, Portugal tercera con 242 y Bélgica cuarta con 217. En fin que la suma total nos dejó primeros destacados España(549 puntos) seguidos por Portugal (505), Alemania (501) y Flandes, huy ¡perdón! Bélgica (445).
La cena de gala del sábado noche fue una demostración del buen ambiente existente entre todos, de cómo aceptaron con deportividad infinita lo de: “soy español, ¿a qué quieres que te gane?”, y Crescencio respiró ganado el tercer puesto “scratch” (grande Argüeso, el día que tenga que jugarme la vida al golf lo quiero de compañero).
En fin, que todos nos fuimos con la sensación de haber pasado unos días magníficos, y en cuanto a la Junta Directiva de este Club, decir que Javier Barabino se portó como un ex–número dos del mundo, pues lo organizó todo a la perfección (como Sergio García en el Castelló Masters) y luego jugó con el… (como Sergio García en el Castelló Masters). También estuvo Pepe Sanjurjo, que el segundo día se descolgó con un 37 tras el cual seguimos mirándole hacia abajo por lo bajito, pero con más respeto. Ahora sólo falta que pasen dos años para que defendamos nuestra victoria. Se nos va a hacer largo.